(Marató del Mediterrani. 24.10.2010. 42,195 kms)
Ya estamos en 2011. El trabajo y los "líos" en que me meto (tengo dos "pupilos" a los que les he preparado sendos entrenamientos para maratón) me han mantenido alejado del blog. Pero tenía que publicar esta entrada, un maratón siempre la merece.
Estoy calentando en la orilla del Canal Olímpico, donde está situada la salida. Llevo varios días con molestias en la base de la espalda, un esporádico dolor punzante que me obliga a realizar una mueca. Me encuentro con Enric Pujals, que correrá la media maratón, y que me asegura que al empezar a correr el dolor desaparecerá, pero que problamente tras la llegada estaré hecho polvo.
Como siempre, decido el objetivo prácticamente sobre la linea de salida. El entrenamiento para esta maratón lo he enfocado hacia una horquilla entre 3:06:28 y 3:03:27. El test 2x5000, realizado con éxito 11 días antes para un ritmo de 4' 24", me permite aspirar a 3:05:40. Sin embargo, el resultado del test posterior de 60' a ritmo de competición me llama a la prudencia, pues se dispararon las pulsaciones. Decido pues intentar ir a 4' 25", un número más redondo y que proyecta acabar en 3:06:24. Esa marca me satisfaría muchísimo, pues psicológicamente me haría saltar la barrera del 3:07:30, marca intermedia entre 3:00:00 y 3:15:00.
Tomo la salida cruzando unas palabras - charlaremos a ratos durante los primeros kilómetros - con Vicenç Solé, un simpático y muy veterano corredor "compulsivo", que no se pierde una carrera. Este será el primer maratón en el que he decidido correr sin música. Es cierto que ésta ayuda en ocasiones, pero también te evade un poco de la realidad, y hoy quiero estar muy consciente y centrado en mis sensaciones. Lo tendré fácil, pues para calcular la ideonidad de mi ritmo decido el siguiente método: cada vez que llegue a un kilómetro par, dividiré por 2, y guardaré el resultado en la "Memoria 1". Entonces multiplicaré por 9 y guardaré el resultado en la "Memoria 2" . A continuación multiplicaré por 10 la "Memoria 1", y de la "Memoria 2" restaré este último resultado para obtener el tièmpo parcial que le corresponde a ese punto kilométrico. Parece complicado pero no lo es tanto, veamos un ejemplo:
Al pasar por el kilómetro 22, divido por 2. El resultado es 11. Multiplico por 9. Si el ritmo objetivo fuera 4' 30", aquí podría llegar pues en 99'. Pero 4' 25" son 5" menos por kilómetro. Así que multiplico 10 ( 2 veces 5) por 11. Son 110". 99' menos 110" queda en 97' 10".
Este método de cálculo consigue mantenerme concentrado y ocupado. Además la resta de los segundos produce un efecto psicológico de "colchón" de tiempo, pues si en el peor de los casos mi ritmo real es de 4' 30", ya conseguiría marca personal. Reconozco que en algún momento te haces un lío, "borras" y rehaces la operación. Y es que correr a un ritmo de 4' 25" mientras vas haciendo multiplicaciones y restas es un pasatiempo duro. Pero ya me habréis oído mencionar en alguna ocasión que el atletismo y las matemáticas guardan una estrecha relación. Eso sí, en estas carreras me acuerdo de la madre de los científicos del pasado, que nos han liado, igual que los sajones con sus libras, sus onzas y sus millas. Habría que haber escalado el tiempo en escala decimal, coño. Días de 100 horas, cada una de ellas con 100 minutos, y a su vez estos con 100 segundos. Que por cierto sería un método para citarse muy preciso. Por ejemplo, en lugar de decirle a tu cita "quedamos a las 5 y media de la tarde", le dirías "nos vemos a las 73", y tan anchos :-) (Para los maníaticos de la precisión, la hora 73 sería exactamente las 17 horas, 31 minutos, 12 segundos de nuestro sistema vigente).
Ritmo cardíaco por km comparado con el año pasado
Venga, voy a dejarme de historias y voy a seguir relatando mi carrera. La competición adquiere carta de naturaleza cuando los atletas de media maratón llegan a la meta. Entonces nos quedamos solos sobre el asfalto los 200 y pico maratonianos , que en general corremos muy separados unos de otros. Es una gozada, la verdad. La auténtica soledad del corredor de fondo. Lo que se echa a faltar es público, la verdad. El trazado no ayuda, pero no todo puede ser perfecto. Me pasa una pareja de atletas, y poco después me pasa otro. Compruebo que he disminuido ligeramente el ritmo. De pulsaciones voy bien. No trato de conectar con ellos, no quiero forzar la marcha, pero durante los sucesivos kilómetros me empleo a fondo para mantener la distancia con ellos, que no se me escapen. Por cierto, llego al medio maratón en 1:33:23, exactamente el mismo parcial que conseguí en la última maratón de Barcelona. El tiempo es bueno, apenas 12" por encima del tiempo objetivo. Otra casualidad es que estoy corriendo con el dorsal 56, el mismo que se me asignó el año pasado.
¡Sexto de mi categoría!
Bueno, ya he pasado el km 32, empieza el maratón de verdad. He perdido desde la llegada al medio maratón el colchón de segundos de que había dispuesto, va a ser muy complicado ya el 3:07:29, pero voy bien para conseguir mi marca personal. Pienso en que es posible que aparezca entre los espectadores mi compañera de trabajo Ingrid, a la que le dí un marrón glace para que me lo entregase como avituallamiento. Mientras voy avanzando, y doblando corredores desde hace rato. Es una de las debilidades de esta prueba: se corre en circuito y se hace por tanto monótono, la repetición de paisaje no ayuda nada. A cambio, la sensación de doblar a alguien te hace sentir poderoso. Giro en la rotonda, los doblados seguirán una vuelta más. Y me dirigo al puente, el único tramo con un poquito de subida. Km 39, ahí estamos. Y entonces aparece Ingrid. Me anima mucho verla, me da mucha energía, se pone a correr conmigo unos metros con sus tacones. Le digo que no necesito ya la castaña, que voy sobrado de fuerzas, y me despido.
Tras el encuentro con Ingrid
Está claro que el maratón se corre con la cabeza (hay quien dice que también con lo que nos cuelga entre las piernas). La aparición de Ingrid me da tanta moral, tanta fuerza, que me disparo como un cohete. Y hago algo que en una carrera popular masiva ni se me pasa por la cabeza, que es COMPETIR, pensar en la clasificación. El año pasado quedé en el lugar 33º absoluto y el 8º de mi categoría, y este año quería mejorar ambos resultados. Veo desaparecer tras el túnel que baja al Canal Olímpico a dos corredores (los que me pasaron kms antes). Calculo el tiempo que me llevan de ventaja, cercano a 15". Veo factible atraparles... Moltes gràcies, Ingrid! Vull que en vinguis a veure a totes les maratons :-)
Bordeando el Canal Olímpico, a la caza de 3 atletas
En efecto, voy como una moto, a cazarles, y pco después de completar la mitad del perímetro del canal les paso, y a otro más de propina. Noto los jadeos de uno a mi espalda, y como estoy compitiendo, doy un pequeño tirón extra. Lo fundo. Los jadeos se pierden en la lejanía. Miro el cronómetro. Ya no me da tiempo a atrapar al corredor que me precede, pero voy a hacer marca personal de largo. Ya lo creo. 3:07:50. Incluso sueño con el podium, pero no. He quedado 6º de mi categoría. No está nada mal.
Euforia
1 comentario:
Enhorabuena :)
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