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"'Ay de aquellos que reduzcan la explicación de un fenómeno adverso a una sola causa, porque omitirán ( y por tanto, no corregirán) las n-1 razones restantes que también contribuyeron a ello" (ANTONI BALTAR)
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viernes, 30 de octubre de 2009

(Qué le voy a hacer, si yo...) Nací en el Mediterráneo

(V Marató del Mediterrani. Castelldefels-Gavà-Castelldefels. 18.10.2009. 42 km y 195 m)




La aventura empezó el 13 de julio, con dos grandes novedades respecto a la preparación para mis dos maratones anteriores: la primera, que me atreví esta vez a diseñarme yo mismo el entrenamiento, tomando como base el método del prestigioso entrenador americano de atletas Greg MacMillan. Seguí las directrices de este hombre, tome prestados algunos buenos consejos de Abel Antón, Martín Fiz, realicé las adaptaciones oportunas, añadí cosas de mi cosecha y resultó un entrenamiento de 14 semanas que ha demostrado su eficacia: estaba diseñado para un objetivo de 3:10:00-3:15:00, y finalmente he conseguido 3.11:22.

La segunda novedad ha sido un experimento: decidí suplementarme con Creatina Monohidratada, el suplemento más popular en el mundo del culturismo, y que también ha sido utilizado por atletas de velocidad. Este suplemento aumenta la masa muscular reteniendo agua en el músculo. Mi idea se basaba en aquel famoso dicho de Bruce Lee: “Be water, my friend”. Si había tenido problemas en el anterior maratón, en el que corrí demasiado tiempo a altas frecuencias cardíacas, era a causa del agotamiento de los depósitos de glucógeno. Este se almacena en forma de agua, así que pensé: “cuando a partir del km 30 mis reservas de glucógeno se hayan agotado, mi cuerpo utilizará de combustible la grasa y la proteína muscular. Pero al llegar al músculo se encontrará todo el agua que aportó la creatina”. Quizá es un razonamiento simple y erróneo, pero decidí aplicarlo… Oh, no todo son pros: la creatina provoca aumento de peso, lo cual no deja de ser lógico (La mañana del maratón pesaba 75,0 kgs, mientras que en el de marzo solamente pesaba 72,1 kgs. De esos casi 3 kgs extra diría que la mitad al menos son agua, y el resto músculo y grasa).

Después de una semana de carga, con 4 tomas al día, se pasa a una única toma, recién acabado el entrenamiento, junto a hidratos de carbono de absorción rápida ( un zumo con azúcar). Ello provoca una descarga de insulina, lo que transporta con más rapidez la creatina al músculo. Tomé esta suplmentación durante 12 semanas. La creatina se suele administrar en ciclos, así que transcurrido ese períodos se recomienda descansar. Las dos últimas semanas me pasé a la Glutamina, aminoácido que sirve para impedir el catabolismo muscular, es decir, evitar que se utilice el músculo como combustible o se destruyan sus fibras.

Pero la gran novedad del entrenamiento que he seguido ha sido poner el énfasis en aquello en que me considero más débil. La preparación de una atleta de fondo se basa en tres pilares:

* Endurecimiento (“endurance”) o base , que consiste en desarrollar la capacidad de tolerancia psicológica a la monotonía de correr durante períodos prolongados de tiempo, así como soportar el esfuerzo y cansancio físico. En resumen, crear un “fondo”.


* Resistencia: consiste en la capacidad de correr a una determinada velocidad, más bien exigente, durante un determinado período de tiempo. Se desarrolla la capacidad de diferir la aparición de la fatiga, y de resistir a la misma. Aquí estamos hablando de capacidad aeróbica.


* Velocidad: obviamente, la capacidad de correr lo más deprisa posible durante períodos cortos de tiempo. Capacidad anaeróbica y zancada, adaptación del organismo a esfuerzo de intensidad máxima durante un corot período de tiempo.

En general, es en este mismo orden temporal de fases en el que se entrena. Mejor dicho, en el que se pone más énfasis, porque a lo largo de la semana se incluye un entrenamiento de cada tipo como mínimo. En mi caso, preferí reforzar velocidad antes que resistencia, ya que para maratón los factores más importantes son, por orden, resistencia-endurecimiento-velocidad, y por eso me decidí por centrarme en la resistencia hacia el final del ciclo. Además, considero que es mi mayor área de mejora.




Bien, llega el gran día, 18 de octubre. La Maratón del Mediterráneo es una prueba que este año celebra su 5ª edición y que incluye 3 carreras: 10 km, Media Maratón y la Maratón propiamente dicha y que le dá nombre. En total somos más de 3.000 corredores los que tomamos la salida, pero solamente somos unos 220 los inscritos en la Maratón. Eso significa que a partir del km 21, en que sólo quedaremos en liza los maratonianos, correremos aislados, a diferencia de las carreras populares masivas, en que vamos en grandes manadas de principio a fin…

Eso es uno de los alicientes de la prueba, conocer de verdad lo que es la soledad del corredor de fondo. Otro dato positivo es que el recorrido es prácticamente llano. El handicap es que los 42 km y pico no son “nuevos”: se sale del Canal Olímpic y se realiza un circuito de 10 km hasta volver allí. Los maratonianos y medio maratonianos proseguimos en busca del litoral Castelldefels-Gavà-Les Botigues de Sitges, y luego de regreso al Canal Olímpic. Allí se quedan los medio maratonianos, y los colosos seguimos para dar un par de vueltas más a ese circuito litoral. Sería más bonito ver “tierra nueva”, pero es lo que hay.

La salida es conjunta, y echo de menos que no haya cajones para separar a los atletas por tiempos, ya que a pesar de haberme situado relativamente adelante, enseguida tengo que abrirme paso a través de corredores lentos para encontrar el ritmo adecuado. Como en los anteriores maratones, quiero seguir una estrategia de progresión, de menos a más: en este caso mi objetivo es salir a 4’ 37” los 3 primeros kms, acelerar a 4’ 35” del 4 al 14, a 4’ 30” del 15 al 28 y desde allí hasta la meta ponerme en 4’ 26”. De cumplirse el plan, mi tiempo final estaría por debajo de las 3 horas y 10 minutos. Si no es posible acelerar y me quedo en los 4’ 37”, al menos bajaría de las 3 horas 15 minutos. En cualquiera de los dos casos conseguiría mejorar mi marca personal.




Bueno, volvemos a la carrera. El primer km me sale demasiado lento, a 4’ 54”, lo que me obligará a espabilarme un poco. Acelero un poco, y cubro el segundo en 4’ 39”; eso ya está mejor, pero no es suficiente, así que vuelvo a acelerar. El tercero ya me sale mejor, en 4’ 21”. Demasiado acelerón, pero al menos recupero los segundos perdidos en los 2 primeros kms. Me aproximo a un corredor cuya cara me suena para comprobar que el parcial es correcto. En efecto, lo conozco, llegamos con tiempos similares en la carrera de la Villa Olímpica, es Emilio Ignacio L.S. Charlamos un rato, me comenta que su objetivo es correr a un promedio de 4’ 35”, y decido continuar con él. Llegamos al km 10 en 45’ 47”, se ajusta a mis planes. Y seguimos juntos hasta el km 15, avituallamiento, y veo que Emilio no me sigue. Me giro un par de veces, pero no le veo… Y ya no le ví más hasta cruzar la meta, y me contó que tuvo que parar en el avituallamiento para miccionar. Mala suerte.

Como mala suerte tuve yo antes del km 15, en que se me rompió la correa del pulsímetro. Se me cayó el reloj y retrocedí unos pasos para buscarlo. El resto de la carrera tuve que correr con el reloj en la mano, y poco acostumbrado a darle a los botoncitos en esa posición, en más de un km en lugar de apretar el “lap” para ver el tiempo parcial, apretaba el stop. Con ello, me quedé sin referencias exactas de mi tiempo, gran handicap en un maratón. Pero la intuición también juega, y además tenía la lectura de mi pulso, que después de mi sufrimiento en el maratón del marzo, era una referencia que no debía obviar. Antes, con este corredor, hemos repasado 2 grandes máximas de la maratón, que no está de más recordar: “Cada maratón es diferente”, “La maratón empieza en el km 32” ( o dicho de otro modo, “la maratón es una carrera de 10 kms con 32 km de calentamiento”).




Gráfica comparativa de mi pulso en esta maratón con la anterior. La mejora es evidente, y más si se tieen en cuenta que la velocidad media ha sido un 1,5% superior


En fin, que me presento en la mitad del maratón en un tiempo de 1:35:19, unos segundos por debajo de lo previsto. Si consiguiese correr en progresión, conseguiría mi ambicioso objetivo de bajar de 3 horas y 10 minutos. Pero hace ya rato que tengo decidido que el auténtico objetivo es bajar de 3:15. Con eso ya mejoro mi marca, yalcanzo el objetivo que me marqué en marzo y no pude cumplir. No olvido que según el test 2 x 6000 que realicé 10 días antes, mi tiempo posible en condiciones ideales es 3:10, pero el más probable es 3.16. Así que ya me pongo a calcular al tiempo en que debería llegar al km 30 para cumplir el objetivo de bajar de 3:15. Y es que para ser un buen atleta de fondo hay que tener un cálculo mental más o menos agil. Así que , sabiendo que el paso promedio para hacer 3:15 es de 4’ 37”, calculo así: 30 x 4, 5 (4’ 30”) = 135 minutos. A eso hay que sumarle 7” por km , o sea, 7 x 30 = 210 segundos, que son 3 minutos 30 segundos. Total, que hay que llegar al km 30 en 138 minutos 30 segundos, o sea, 2 horas 18 minutos 30 segundos. Finalmente, me presento en 2:14.16, aunque sospecho que debería añadir algunos segundos por haber parado el cronómetro durante un rato (en efecto, realmente pasé en 2:16:17) ; en cualquier caso, voy muy bien de tiempo.

Me ha sobrepasado un atleta más veterano que yo, y veo que no puedo seguir su ritmo, pero no me inmuto, porque voy bien. Y noto que otro se pega a mi espalda. Pasan los kms y no me adelanta, y tentado estoy de decirle, “tío, tira tú ahora, que voy justito”. Pero callo. Pasando ya por el 35, alguien se pone a mi altura. Charlamos. Se trata del atleta que me venía siguiendo. Comentamos la jugada, le hablo de mis dificultades de tiempo y me tranquiliza, que voy bien, sobrado para bajar de 3:15. Veo que él va más fresco, y le invito a que tire, que no me espere. Y se aleja progresivamente…





Es la grandeza de este Maratón del Mediterráneo, que me ha fascinado. Esa impagable sensación de correr solo tantos kilómetros, aprendiendo a llevar un ritmo sin referencias cercanas, sintiéndote especial, porque por una vez, puedes contar los atletas que van delante de tí, y soñar con estar en el Top Ten ( y lo conseguí, en mi categoría de edad, octavo). Los saludos de los voluntarios en el avituallamiento, algún grupo de gente que aplaude – poquísimo público, como era de esperar -, la sensación irreal de estar corriendo en una Olimpiada o un mundial, son emociones que se me han prendido. De alguna forma, he nacido como corredor de fondo aquí, en el Maratón del Mediterráneo…


Volvemos a mí, cuando se marcha el segoviano. Voy a un ritmo bastante aceptable, con parciales entre 4’ 35” y 4’ 30”. El pulso se mantiene cerca de 170; de hecho, corro sin permitir que se dispare más allá de 174, el 90% de mi frecuencia máxima. Y ya está a punto de llegar un momento clave del recorrido: la rotonda donde está el desvío para ir hacia el km 39. Pregunto a uno de la organización, y me lo confirma: toca el regreso al Canal Olímpico. Para allá voy, pasando por el único punto duro que tenía este circuito: un repecho para cruzar un puente que pasa por encima de la autopista. Se siente uno importante, corriendo solo, por el centro de la carretera, mientras por debajo pasan coches en ambas direcciones y se preguntarán quien es ese tió que va por ahí arriba.





Hay aplausos de la gente, poca, con la que me cruzo. Rebaso , esta vez por debajo, otro puente y ya veo el canal olímpico. Ahora hay que dar una vuelta, casi completa, a él hasta llegar a la meta. Eso son más de 2 kms, ¡"peazo" canal! Paso el km 40 cuando mi crono marca 2:59:41 ( realmente eran 3:01:42) , y sé que sigo sobrado para el objetivo de bajar de 3:15. Veo la espalda de un corredor cada vez más cerca, corre muy lentamente, y veo que se pone a andar. Al llegar a su altura le pregunto si está bien, me contesta en francés. El pobre me dice que corría para hacer el maratón en 4 horas, y se teme que se ha equivocado. En efecto, en la rotonda anterior tenía que haber continuado en el circuito, no virar hacia el Canal. Se lo digo. Y le recomiendo que ahora se olvide del tiempo, y que disfrute de la carrera. Sigo mi camino. Coño, qué largo se hace el canal olímpico,.. Venga, ya queda poco. Olor de meta. Gran contento por mi parte al ver el cronómetro de la llegada, que indica que entraré en poco más de 3:11:00. ¡Pa’ dentro!


Al final del video, el speaker menciona mi nombre. Y antes, cuando desaparezco del plano, si aguzáis el oído escucharéis mis gritos eufóricos de "¡Sí, coño!, ¡sí ,coño!" :-)

Oh, gracias Toni De las Heras, por recomendarme las zapatillas Saucony. Qué cómodas eran el día que me las probé, y qué cómodas las he sentido hoy. Saucony Pro/Grid Ride 2. Magníficas. No había tenido ocasión de probarlas en competición antes, apenas había rodado con ellas unos 100 kms, pero se han comportado de maravilla. Eso sí, me he sentido un poco “traidor” al retirar a mis Asics Gel Stratus 2 - ya llevan poco más de 1.000 kms hechos – sin haber tenido la oportunidad de disputar ningún maratón (en el anterior, en marzo 2009, también preferí otras zapatillas, las Adidas Supernova Cushion 7, que retiré hace unas semanas con 1.300 kms en su haber). Las Asics han tenido que conformarse con llevarme a la meta en la Media Maratón de Barcelona 2009, donde conseguí la que hasta ahora es mi marca personal. En todo caso, los 3 modelos son excelentes herramientas para un corredor de fondo de pisada universal y largo kilometraje semanal, y recomendaría las tres; las tres han conformado la historia de este maratón (y las Adidas y las Asics el anterior).

SAUCONY Pro/Grid Ride 2


ASICS Gel Stratus 2

ADIDAS Supernova Cushion 7


¿Qué es lo siguiente? Jean Bouin el último domingo de noviembre, probablemente no a tope, acompañando a Lito o David para sub 43' en 10 km o lo que me pidan. Y a partir de la primera semana de diciembre, a empezar ya el entrenamiento específico para el Maratón Barcelona 2010, el maratón del año del Campeonato de Europa Barcelona 2010. ¿Objetivo? Me he sentido tan bien física y mentalmente al acabar el Maratón del Mediterráneo, que quiero ser ambicioso. Mi mejor marca en 10 km ( 40' 07") "predice" según mi guru Mac Millan un tiempo en maratón de 3:08:16. Mi marca en Medio maratón (89' 32") me lleva a 3:08:50. Bien, voy a intentar 3:07:29. Si lo consigo, estaré ya más cerca de las 3 horas que de las 3:15. La solución, el 7 de marzo :-)


lunes, 19 de octubre de 2009

"Der Puten Amen!"

Maratón del Mediterráneo en 3:11:22



"Der Puten Amen!"


3:11:22. Bonito tiempo. El 3, un número primo. El 11, también primo. El 22, semiprimo, pues es producto de 2 primos. Otros números bonitos son que he quedado el 8º de mi categoría (40-50 años) y el 34º en la clasificación absoluta. Vaaaaaale, sólo llegamos 217 maratonianos a la meta. Pero como había también carrera de 10 k y de media maratón, y en total salimos más de 3.000 corredores, se siente uno un gran campeón, sobre todo teniendo en cuenta que he tenido ocasión de doblar a varios atletas, ya que se corría en circuito. Pero la verdad es que por una vez, es un placer contestarles a mis hijas y a aquellos amigos, compañeros, consejeros delegados y profanos en esta disciplina en general que con buena fe - o mala, que de todo hay - preguntan : "En qué puesto has quedado?" con un orgulloso: ¡OCTAVO! ( y de hecho la IAAF, la Federación Internacional de Atletismo, publica unas tablas para ponderar la marca según la edad; se suponía que se iban a aplicar en esta maratón).



En el vestuario. Al fondo, el dorsal rojo de los maratonianos


Había entrenado con el objetivo de 3:10:00, aunque los tests previos realizados los días anteriores - 2 x 6000 , 60' a ritmo objetivo - me advertían de que lo prudente sería añadir 5" por km al ritmo previsto, y transformarlo por tanto en un paso de 4' 35" / km, que da un resultado de 3:13:30. La verdad es que antes de la salida firmaba con mejorar mi marca anterior (3:17:48) y ya metido en el ajo y viendo que iba bien, bajar de 3:15:00 se convirtió en el objetivo real.


En carrera me he sentido muy bien, nada que ver con el anterior maratón en la que lo pasé fatal a partir del km 30. Aquí he sufrido poco y he tenido muy pocas molestias. El único contratiempo ha sido que durante la carrera no pude medir bien mis ritmos, ya que poco después del km 10 se me acabó de romper la pulsera del pulsímetro, y tuve que hacer el resto de la carrera con el reloj en la mano, y apretando los botones como si fuera un cronómetro antiguo. Poco acostumbrado a ello, la pifié bastantes veces, con lo que no tomé correctamente mis tiempos parciales, y por tanto ignoraba lo bien o mal que iba.

Lo que si que controlaba es el pulso, recordando mis apuros de mi anterior maratón. Procuraba que no pasase de 170, 88% de mi frecuencia máxima, y lo logré, ya que sólo me mantuve 9 minutos en la zona cardíaca de riesgo, por encima del 90%, con pulso medio de 165 (el previsto era 169) . En cambio, en el maratón de marzo estuve la friolera de 92 minutos en esa zona cardíaca, y tuve un pulso medio de 174. Esto me da esperanzas de gran mejora, ya que fue precisamente el pulso excesivamente alto de mi test 60' a ritmo maratón lo que me indujo a ser prudente.


Toma medallón rastafari! Eh-eeh - ah!

Lo más curioso es haber corrido sólo prácticamente todo el tiempo, me daba la impresión que estaba en una olimpíada y era de los buenos :-) Hacia el km 30 me he pegado a un segoviano para preguntarle cómo íbamos, y me ha tranquilizado al decirme que al ritmo que llevábamos entonces, yo conseguiría bajar de 3:15:00 sin problemas. Eso me ha animado mucho, y de allí al final he podido seguir bien. He sido muy regular, primera mitad en 1:35:44 y la segunda un pelín más lenta, 1:36:03. Mi llegada ha sido apoteósica, con el speaker diciendo mi nombre, y yo estaba tan feliz al ver en la meta el tiempo de 3:11 que al cruzar la meta he seguido corriendo, agitando el puño, y gritando "Sí, coño!, Sí, coño!"; la gente se ha reído bastante con mi reacción :-)



Más orgulloso que cansado


Acabo hablando del maravilloso metabolismo, veréis... Después de la carrera, un plátano, una bebida isotónica, agua y a la ducha, me he olvidado de mis barritas. Al llegar a casa me he pesado, y sólo había perdido 2 kilos (hay entrenos en que he perdido más). Me decido a recuperarlos, comiendo lo siguiente en el japo-bufet del barrio:



* 3 sashimis de salmón y 5 de atún

* 2 makisushis de salmón, 2 de atún, 2 de pepino, 1 de nabo

* 3 hanamakis de atún, salmón, cangrejo y nabo

* 1 plato de fideos japoneses con bogavante y gambas

* 1 plato de arroz frito con pulpitos

* 4 navajas

* 4 espárragos trigueros, 2 rodajas de calabacín, una rodaja grande de berenjena

* 2 bolas de helado de té verde, 3 bolas de helado de coco, 2 bolas de helado de chocolate, 2 bolas de helado de nata, con siropes varios

* dulces de goma

Toda la comida regada con un Mateus, el mejor mal vino del mundo, y abundante agua. De regreso al hogar, un Mai Tai, ¡cómo no!

Y después de esta salvajada culinaria, esta mañana me he pesado y aún me faltan 300 gramos para recuperar el peso!


Seguiremos informando, con los detalles de la carrera y el video de mi llegada. 3:11:22. Mola!

jueves, 12 de marzo de 2009

Νενικήκαμεν (Nenikékamen, "Hemos vencido")

(Marató de Barcelona 2009. 01.03.2009. 42 km y 195 m)




PREPARATIVOS


Ambientillo pre-maratón


Empieza el calentamiento en este primer día de marzo, nublado y húmedo, con temperatura inferior a 10º. Oriol y yo vamos a salir juntos, con el mismo objetivo de intentar bajar de 3:15:00 . Oriol me ha advertido de que no está seguro de encontrarse en el estado de forma suficiente para afrontar este complicado reto, y que si en cierto momento no se ve con fuerzas, me instará a que tire por mi cuenta. Vamos a seguir la llamada Estrategia MARCO, que consiste en correr en positivo, es decir, incrementando el ritmo progresivamente, dividiendo el recorrido del maratón en 3 partes de 14 kms, donde a su vez la primera parte es partida en dos, de la manera siguiente:

km 0-3: ritmo 4’ 43” / km
km 3-14: ritmo 4’ 39” / km
km 14-28: ritmo 4’ 36” / km (este es el ritmo promedio)
km 28-Meta: ritmo 4’ 32” / km

Consiguiendo cumplir a rajatabla este plan de ritmos, el tiempo final sería de 3:14:03.

Con Oriol, delante del pabellón, una hora antes de la salida

El “secreto” de la estrategia Marco reside en que corriendo los 3 primeros km a ritmo moderado, las pulsaciones cardíacas son más bajas, con lo que el consumo energético preferente será de grasas, reservando por tanto el valioso glucógeno que tanta falta hará hacia el km 32, donde teóricamente ya se habrá agotado. La grasa es peor “combustible” que el glucógeno, de ahí el interés en reservar éste. Y no digamos la proteína muscular, última de las reservas energéticas a las que se acude en caso de necesidad, cuyo empleo en esta dura competición complicaría la recuperación y la salud.

Calentando con mi chubasquero desechable Made in Amsterdam


El inconveniente de seguir esta estrategia en la Maratón de Barcelona es que los 4 primeros kms son de subida, lo que dificulta correr a bajas pulsaciones. Además, aunque el trazado en general es más bien llano, más incluso que el del año anterior – qué pena, ya no pasamos por delante de mi casa - , hay altibajos que dificultarán seguir un ritmo constante por kilómetro. Por ello habrá que intentar aprovechar muy bien los tramos de bajada. Oriol y yo nos hemos puesto unas pulseras gentileza de Mizuno, patrocinador deportivo de esta carrera, en la que están anotados, cada 5 km, los tiempos acumulados necesarios para conseguir llegar en 3:15:00 a velocidad constante.


Pulserita con los tiempos parciales necesarios para llegar en 3:15:00


Por cierto, estoy contento, al pesarme esta mañana en la báscula salen sólo 71,6 kgs, a pesar del atracón de hidratos de carbono que llevo desde el miércoles, para aumentar mis reservas de glucógeno. Se conoce que estoy nervioso estos días, con el metabolismo acelerado, y eso me ha hecho adelgazar. Magnífico, menos peso que arrastrar hasta la meta…

PRIMER TRAMO

Pistoletazo de salida, y allá vamos. Hasta el Nou Camp, todo subida, conseguimos parciales aceptables, algo por encima del tiempo teórico, que deberemos compensar en las bajadas que vendrán a partir de aquí. Llegamos al km 5, primer avituallamiento, en 24’, 33” por encima del tiempo teórico previsto. Habrá tiempo de recuperar, que vienen bajadas. A todo esto cae una fina lluvia, que no nos abandonará hasta la mitad de la maratón. La verdad es que es más molesta para el público que para los corredores, aunque luego sus efectos me jugaron una mala pasada en el avituallamiento del km 30...

Primeros kilómetros

Estamos en el km 10, y gracias a la constante bajada desde el 5, conseguimos correr a un ritmo promedio brutal, de 4’ 21” el km, con lo que no sólo atrapamos - sin esfuerzo, la verdad – a las 3 liebres que marcan el ritmo de 3:15:00, sino que acumulamos un saldo a nuestro favor de 24”, al haber llegado en 45’ 46”. Por cierto, que una de las liebres ya ha perdido su globo azul – lo llevan para hacerse visibles a los corredores - en el km 7.

Gafas fuera...


Oriol y yo decidimos seguir al ritmo de las liebres, ya que estamos ahí, aunque en nuestro plan original no debían ser atrapadas hasta el km 34. Ahora el recorrido hasta el km 15 transcurrirá a través de la Gran Via, hasta llegar al Paseo de Gracia, por el que se ascenderá hasta la calle Rosselló. Llegamos al km 15 sin problemas, al ritmo que marcan las liebres de 4’ 37”/km. Ya estamos pasado el km 16, y aprovechando la presencia de mi equipo, me desprendo de mis gafas de sol, que hasta ahora sólo habían servido para adornar mi calva. Había decidido llevarlas por si el día se aclaraba, y no deseaba enfrentarme durante 5 kms, del 30 al 35, a un sol cegador de cara al correr por la Avenida Litoral, como el que sufrimos el año pasado.


"Decisiones al Filo". MORODO.


Bien, ahora toca pasar por la Sagrada Familia, y luego coger la Meridiana hasta el Paseo Fabra y Puig, donde está el km 20. Este tramo final es de subida; seguimos con las liebres sin problemas y, por tanto, mantenemos ese saldo a favor de 24”. En estos momentos es cuando la lluvia es algo más intensa. Nos enfrentaremos ahora a un tramo agradecido; aparte de un par de repechos breves, bajaremos por la Meridiana, luego cruzaremos el Puente de Calatrava, seguiremos hasta la Gran Via – una parte del recorrido más bien fea y monótona , en la que corres en un pasillo con un muro blanco a la izquierda - y luego bajaremos hasta la Rambla Prim, en cuyo final está situado el km 25. Poco antes del Puente de Calatrava está la mitad del recorrido, que franqueamos con un tiempo de 1:38:12.


A punto de cruzar el puente de Bac de Roda, obra de Calatrava

Todo está funcionando bien, quizá demasiado. Por eso hace un rato le dije a Oriol: “Me siento demasiado bien, y eso no me gusta. Habrá que estar alerta”. Y es que, en efecto, el cuerpo me está respondiendo bien. Ni rastro de mis recientes lesiones en planta del pie, isquiotibiales de la pierna izquierda… Apenas unas “cosquillas” en ambos piramidales, y ligerísima molestia en los isquios de la derecha. Nada, cuando temía que mis recientes lesiones me pasaran factura en esta carrera.

ERROR TÁCTICO

Correr a la estela de las liebres tiene varias ventajas: además de que marcan un ritmo constante, al llevar a un grupo numeroso de corredores tras de sí cortan el viento, facilitando el propio desplazamiento. Carles, mi quiromasajista, me comentó días antes que él tiene testado que en pista el efecto cortavientos se traduce en un ahorro de 5 pulsaciones por minuto. Eso en una carrera como la maratón es vital, en la que el control del ritmo cardíaco es ESENCIAL. Si las pulsaciones se disparan, se traspasará el umbral anaeróbico, con lo que empezará a acumularse lactato, que puede llegar a dar problemas, pues es un “veneno” para la musculatura, que adultera el combustible del cuerpo. No sólo eso, traspasado el umbral entramos en la llamada zona de alta densidad o “zona roja”: se estará corriendo con deuda de oxígeno, es decir, las piernas requerirán más oxígeno del que las células de los músculos le pueden proporcionar, con lo que el resultado perverso será el temido catabolismo muscular, destrucción del músculo y utilización de sus proteínas como combustible.



Cruzando al puente. Al fondo vemos los globos de las liebres del 3:15, a las que íbamos siguiendo

Todo esto lo sabía yo antes de la carrera, así que lo que decidí hacer es muy poco disculpable. Y es que a veces mi peor enemigo soy yo mismo. Mi agresividad y ambición me traicionan. Pensé que si quería bajar de 3:15, era obvio que tenía que “ganar” a las liebres correspondientes. Y estando aún en el km 24, bajando la Rambla Prim, pensé que debía ya incrementar el ritmo, ponerme ya a 4’ 32” ( aunque “no tocaba” hasta el km 28). Además, me sentía “agobiado” por correr en grupo, a pesar de tener claro que el efecto cortaviento me era beneficioso. Así que le dije a Oriol: “voy a adelantarme, quiero estar por delante de las liebres y voy a aprovechar ahora, para coger tranquilamente el avituallamiento del km 25”. Nos deseamos mutuamente suerte, y pegué el tirón. Crucé el km 25, situado al final de la Rambla Prim, con un parcial en los últimos 5 km de 23’ 01”, con lo que acumulé un colchón de 28” de holgura sobre los 3:15:00. Pero pagué un precio por ello: el último km lo hice a una media de 175 bpm, a pesar de ser bajada, cuando el 23 km lo hice con 169 y el 24 con 173. Pulsaciones demasiado altas, ya que mi frecuencia media teórica para esta carrera debía ser de 168.

Ahora tocaba subir la Diagonal hasta la Torre Agbar, más o menos 2,5 km, y luego descender de nuevo hasta el punto inicial de ascensión, donde estaría situado el siguiente punto de avituallamiento, el km 30. La subida la hice con cierta comodidad, aunque las pulsaciones siguieron subiendo: 177, 178, 180. Cerca de la torre, mi equipo me ofrece una gorra, que rechazo por no estar acostumbrado a correr con mi brillante calva a cubierto.


"If They Move, Kill' em". PRIMAL SCREAM.

Pienso que estarán contentos al darse cuenta de que he pasado a las liebres del 3:15. Ahora hacia abajo, y las pulsaciones no bajan: 180. Cifra altísima. El tramo de bajada lo sufro al ver estas preocupantes cifras, y por el viento marino que sopla en contra, mientras yo corro o bien solo o bien en grupito de 2-3 corredores.

Como mi tercera porción de barrita energética, y llego al avituallamiento y cojo una botella de agua. Pero yo lo que quiero es Powerade, necesito un chute de azúcares simples líquidos ya. Y cuando estoy corriendo por una estrecha calzada a mi izquierda, el Powerade salvador está a mi derecha, en una mesita minúscula. Esto no es un avituallamiento, es una trampa. Avido de ese trago, cruzo imprudentemente hasta llegar hasta allí, recibiendo algún toque de algún enojado corredor, con toda la razón. El suelo está mojado por la lluvia, resbalo y me pego una leche contra la mesa, cayendo al suelo entre vasitos llenos de líquido azul que saltan por los aires. En un primer instante creo que se me ha acabado el maratón, me ofrece ayuda un voluntario, pero veo que puedo levantarme sin ayuda, agarro mi vaso de bebida isotónica, doy un par de tragos y sigo adelante. Cruzo el km 30 con un parcial de 23’ 09”, así que mi colchón de tiempo sobrante sobre el objetivo queda reducido de nuevo a 24”. Buen resultado, porque sólo quedan 12 kms para el final. Pero yo sé que ahora empezará el maratón de verdad. Y 178 bpm en bajada, este último km. En estos momentos aún no lo sé, pero voy a pagar muy cara mi escapada, al haber corrido estos 6 kms con una frecuencia cardíaca demasiado alta, por encima del umbral anaeróbico.

La penúltima sonrisa antes de cruzar la meta (unos 15 kms antes!)

EMPIEZA EL SUFRIMIENTO

Del km 30 al km 35 llega el que es probablemente el momento más duro del trazado. Recorremos la avenida litoral hasta llegar al parque de la Ciudadela. Es duro porque se corre al lado del mar, desprotegido del viento. Tengo un par de corredores de referencia, pero vamos en pequeños grupos, sin ofrecer resistencia al viento, ni parapeto posible. En este tramo hay menos público, además. Y por supuesto, llevamos ya 30 kms en las piernas. Y aquí es cuando uno empieza a contar lo que le falta por hacer, no lo que ya se ha realizado…

El año pasado en este tramo lo pasé mal, más que nada por la inexperiencia, el fuerte viento, el calor y el sol de cara. Este año ya no soy novato, el viento es suave, no hace calor y está nublado. Pero las pulsaciones siguen subiendo inexorablemente: 180, 181, 184… Además, llegan invitados inesperados: las uñas de los dedos gordos de los pies empiezan a doler, fruto de los miles de microgolpes contra la parte superior y delantera de la zapatilla. Además, noto como tengo una ampolla en la planta del pie derecho, y casi puedo escuchar el “chof, chof” que debe estar haciendo tal protuberancia al frotarse con los calcetines. Hoy me he calzado mis Adidas Supernova Cushion 7 porque me da la sensación de que se me ciñen al pie mejor que las Asics Gel Stratus 2, pero el resultado ha sido igualmente doloroso…



Ella es Raquel Velasco. Acabo en 3:18:55, 16ª de su categoría (mujeres 35-44 años)

… También empiezo a escuchar los cantos de las sirenas, que no oí el año pasado: “Antoni, Antoni, retírate… O deja de correr, al menos… Es muy fácil… Ponte a caminar, no sufras más… No corras, desaparecerá el dolor, la angustia… Déjalo…”. ¡Maldita sea! El año pasado dediqué mucho tiempo a mi preparación psicológica, me leí una y otra vez un artículo sobre las fases psicológicas del maratón, las voces negativas, las palabras que debía decirme a mí mismo para animarme… Este año, no había hecho NADA de preparación psicológica. Soberbio de mí, creí que con un solo maratón en mis piernas ya sabía lo suficiente… En este tramo , a partir del km 30, aparece el llamado “muro”, y se producen muchos abandonos. Como dato, en apenas 5 kms he ganado 153 puestos en la clasificación general; es una burrada. He llegado pues al km 35, con un parcial peor que el anterior, de 23’ 23” ( ritmo promedio, 4’ 41”). Me he pulido buena parte de mi colchón de seguridad, pero aún voy 6” por debajo del tiempo promedio para llegar en menos de 3 horas 15 minutos a la meta. Pero acabo de recibir un mazazo psicológico, y ahora llega lo peor…

Detrás de Jöelle Conan. Ella finalizó en 3:19:22, siendo la 5ª de su categoría (mujeres 45-54 años). Por cierto, cómo le gusta a la organización fotografiarme con chicas! .-)

EL CALVARIO

… Me han pillado las liebres que marcan el 3:15. Es decir, mis 11 kms “en solitario” no han servido para nada. Me he desgastado mental y físicamente en balde. Me doy cuenta del error cometido. Para llegar aquí, hubiera sido preferible seguir a las liebres y, de sentirme con fuerzas, acelerar más adelante. Pero ahora ya empiezan a fallarme las fuerzas… Me giro para buscar a Oriol con la mirada, lo hago varias veces, y al no verle temo que haya tenido problemas… Paso por debajo del Arco de Triunfo sufriendo, después de coger medio plátano del avituallamiento y tragarlo con avidez. Me propongo intentar seguir el ritmo de las liebres, pero poco a poco van alejándose, y no puedo seguir a esa velocidad. El ritmo cardíaco sigue subiendo y hace poco he visto que pasaba de 190. Es una salvajada. Soy un tipo privilegiado, porque desde que me he convertido en atleta de fondo, mi abanico de frecuencias cardíacas es más amplio que los que lucían Locomía en sus performances ibicencas. Mi frecuencia cardíaca en reposo es de 42 bpm, y mi máximo registrado en carrera es de 192 (*). ¡150 latidos de diferencia! Vamos, soy como un coche de 7 velocidades… Un hombre sedentario de mi edad, incluso deportista pero sin entrenamiento de resistencia, tiene un rango de 60 a 175, y probablemente, no podría aguantar más de 10 minutos haciendo un esfuerzo físico que suponga 158 o más latidos por minuto. En cambio yo, hasta el km 35 me he pasado 92 minutos en el umbral anaeróbico (entre el 80% y el 90% de la frecuencia cardíaca máxima, en mi caso entre 154 y 173), y llevo ya más de una hora en la zona de alta densidad cardíaca, la zona de peligro ( por encima del 90%, más de 173 bpm).


Con el mítico Abel Antón, uno de los mejores atletas de todos los tiempos (dos veces Campeón del Mundo de Maratón), el día antes de la carrera

Es una pena, ahora llega el momento bonito de la carrera. Las calles están llenas de público, que anima muchísimo. Voy por la Ronda de Sant Pere, las liebres se me han escapado, ya están llegando a la plaza Catalunya, donde está el km 37. Estoy tan cansado… Sé que debo dar pena. ¡Ah! En la plaza veo a mi buen amigo Enrique. Algunas personas dijeron que vendrían a verme, pero yo sabía que Kik estaría seguro. Me da una palmada en la mano. Me ha animado mucho verle, porque estoy destrozado (pobre, luego supe que llevaba una hora esperando mi paso). Mi energía ahora ya no es el glucógeno, ni las grasas, ni las proteínas. Es sólo la testosterona, el orgullo, y sobre todo, LA DISCIPLINA. Tengo muchos defectos, innumerables y de sobra conocidos, pero una gran virtud: la disciplina. No es lo mismo que la fuerza de voluntad, no. Ésta es más instintiva, visceral; es “haré esto como sea, por mis… ”. La disciplina en cambio es más ritual, profunda, ordenada; es “quiero conseguir esto, y para lograrlo este es el camino a seguir y estas son las acciones a efectuar; no me apartaré de ese camino y llevaré a cabo lo necesario ”. La fuerza de voluntad es a la disciplina lo que un hombre corriente es a un caballero: el primero tiene – o se le supone, como en la mili – valor, virilidad, energía… y el segundo atesora todo eso, y además educación, modales, cultura, estética, savoir faire

Las piernas pesan

Y es la disciplina la que me hace tener la cabeza fría unos instantes, y tomar la decisión correcta. Me digo a mí mismo: “Amigo, no podrás pillar ya a las liebres. Estás destrozado y este ritmo cardíaco de 186 es insostenible. Empieza a bajar la velocidad para que el ritmo cardíaco disminuya”. Y así lo hago. Llego al km 39, en Colón, 30” después de las 3 horas. Y ahí me hago la segunda reflexión inteligente: “Está claro que ya no voy a bajar de las 3:15, pero sólo quedan 3 kms, y aunque los haga muy lentos, aunque tarde casi media hora en recorrerlos, voy a mejorar mi marca. Así que a aguantar, y paciencia”. El pensamiento de que, a no ser que suceda una catástrofe, mejoraré mi marca, me anima mucho. Llego al km 40 con un parcial aceptable, teniendo en cuenta mi estado, de 24’ 25” ( 4’ 53” / km). Voy ya descoordinado, como un monigote, un títere sujeto por cordeles flojos…

La "miss" de la carrera, en mi humilde opinión. Laura Lacalle, una destacada atleta tudelana. Hizo 3:04:46, quedando la 3ª de su categoría (mujeres 35-44)

AGONIA Y ALIVIO

Subimos por la calle Urgel hasta Sepúlveda. Maldigo al que tuvo la idea de alargar la distancia oficial de un Maratón de los 40 km a los 42,195. La culpa es de la Reina de Inglaterra :-). A pesar de mi bajada de ritmo, aún me ha llegado para ganar 36 posiciones en la clasificación general. Voy por la calle Sepúlveda a un ritmo casi de trote, mirando suplicante al público, porque tengo la boca seca y necesitaría echar un trago; pero no veo a nadie con botellas en la mano. Hace rato que me sucede algo para mí terrible: me agobia la música que suena por mis altavoces, y bajo el volumen. Siempre preparo con esmero mis canciones en cierto orden, dejando para el final el tech-house, cuyo marcado ritmo me anima y me da fuerzas para apretar. Ahora que voy disminuyendo la velocidad, me parece fuera de lugar… En fin, ya sólo quedan 1 km y 195 metros… Por fin veo la plaza Espanya allí al fondo, ¡estoy llegando! Km 42, ahí está mi equipo. Les hago el gesto de “¡qué hecho polvo estoy!”, y sigo. El año pasado llegué aquí con más alegría.



"Deeper Love ( Ruff Mix)". EDDIE THONEICK feat. BERGET LEWIS

Recta de meta. Voy a mejorar mi marca personal con muchísima holgura. 3:17:38, casi 13’ menos que el año pasado (3:30:03), pero estoy muy cansado. No olvido mi ritual de entrar con el brazo izquierdo levantado , y el índice apuntando al cielo, por haber batido mi marca, pero lo hago con mucha humildad y contención; estoy contento, pero no eufórico. ¡Jo! He necesitado 11 minutos y 49 segundos desde el km 40; ritmo muy lento para mí, de 5’ 23” el km. Los últimos 195 metros en 1’ 10” ( es decir, a casi 6’ 00” el km).


Brazo arriba, marca personal!

Desde el km 40 lo he pasado muy mal porque, además del cansancio, no han parado de adelantarme corredores, me daba la impresión de que me quedaba el último. He perdido 53 puestos en la clasificación general. He llegado en la posición 1360 sobre los 8131 corredores que han finalizado la carrera (el año pasado quedé el 2154). En mi categoría de edad, posición 199, así que estoy entre el 12% de los mejores ( año pasado, posición 953). Me sonrío al pensar que me han estado persiguiendo hasta la meta 6.771 atletas, sin contar los que han abandonado :-)

Ultima sonrisa antes de cruzar la meta

Me siento muy débil, casi a punto de desmayarme. Me ponen mi medalla y rápidamente a la cola a coger plátanos y bebida isotónica. El que va delante de mí se frena, me doy un golpe leve con la punta de mis dedos, y veo las estrellas. Y es que tengo las uñas destrozadas. Luego me encuentro con Oriol. 3:20:43. Muy buena marca.

We are the champions!

Al día siguiente, ya hemos puesto objetivo para el Maratón Barcelona 2010, año en que Barcelona será sede del Mundial de Atletismo: 3:10:00. De conseguirlo, ya no me parecerá tan lejano mi sueño dorado: bajar de 3 horas en la maratón. De momento, ya he bajado de 200 minutos…

Otros planos de mi llegada a meta




Al avituallamiento, que me caigo!


Sylvie Marquier, descansando en la llegada. Marca, 3:51:11. 72ª en la categoría femenina de 23 a 34 años.


Me sientan mejor los medallones que a un rapero o un quillo :-)




El ambiente al final de la carrera

(*) al acabar la carrera compruebo que he tenido un pico cardíaco máximo de 193

lunes, 2 de marzo de 2009

Maratón en 3:17:38 !

Gracias a Paula, Iria, Erica, José Manuel, Aurora, Antonio (mi padre), María Luisa ( mi madre, que en paz descanse: "mama, que pena que no me veas, hace casi 4 años que no fumo"). Vuestro cariño y sacrificio son mi energía.

También a Roberto, Aurora, Montse, Sara, Jesús, Julià, Marcos. A Oriol, mi compañero de aventuras atléticas. A Carles, mi quiromasajista, por su trabajo y consejos. A Eva, por su intervención de urgencia junto a Carles, a dos semanas escasas de la maratón, que me ha permitido disputar la carrera. A Ramon ( sin acento), Enrique, grandes amigos. A mis compañeros de trabajo - y a todo el mercado publicitario en general - que han de soportar mis parrafadas y vaciladas. A Luciano, Pedro; aunque nos veamos poco o nada, os llevo siempre conmigo. A todos los que me quieren y a los que yo quiero. Gracias a todos por vuestro apoyo, porque sin vosotros esto no sería posible, ni tampoco me apetecería hacerlo. Un recuerdo especial para Colin Dunne, atleta de 27 años que falleció en el km 34.


Hacia el km 28, cuando aún quedan ganas de sonreir. Fijaos en el atleta que va a mi lado, con la cara interna de las rodillas destrozada por el roce, y aún le faltaban 14 kms. Me daba miedo mirarle. Acabó, entrando en meta 40" detrás de mí.


Mi objetivo era bajar de 3:15:00, pero no ha podido ser. El exceso de ambición se paga. En el km 24 me he visto muy fuerte, un hilo invisible ha tirado de mí y he adelantado a las tres liebres que marcaban el paso de 3 horas 15 minutos, pero me han atrapado en el 36 y no he podido seguir su ritmo. Error táctico. Qué más quiero, es sólo mi segundo maratón, y he rebajado mi marca en casi 13', marca que de por sí creo que ya era muy buena para un debutante ( 3:30:03). He pasado por 2 lesiones - síndrome del piramidal, contracturas en planta del pie - y problemas musculares serios en los últimos 5 meses. He sufrido lo que no está escrito desde el km 34 (triste casualidad; el punto donde minutos después de mi paso cayó fulminado el chico irlandés). He acabado más por orgullo, por determinación, por espíritu de sacrificio que por fortaleza física. Dicen que los últimos 12 kms se corren más con la cabeza que con las piernas, y es rigurosamente cierto. Bueno, permitidme que añada que también ayudan lo suyo las glándulas reproductoras :-) En estos últimos kms he aprendido mucho sobre mí y he recibido muchas lecciones. Próximamamente, más detalles de la carrera...

viernes, 27 de febrero de 2009

1/2 Maratón. 1:29:32




Tiempo real 1:29:32. Cumplo así uno de los 3 hitos por mí soñados en el atletismo: bajar de la hora y media en la Media Maratón.

sábado, 14 de febrero de 2009

Rota la barrera de la hora y media en 1/2 Maratón. 1:29:32

(ASICS Mitja Marató de Barcelona. 08.02.09. 21 km y 97,5 m)





Como es habitual en día de competición, me levanto 3 horas antes de la salida, para desayunar ligero. 6 de la mañana de domingo. Siempre me ha dado por deportes freak, en que hay que madrugar los domingos ( en su día fue el ajedrez). Antes del desayuno, a la balanza. Hoy peso 2 kilos más que el año pasado en la misma fecha (71,3 el año pasado, 73,5 hoy). Esos dos kilos se deben tanto al entrenamiento en el gimnasio como a la dolce vita o, más concretamente, a la mia alcolica vita :-) Intuyo que esa masa ganada se reparte entre músculo y grasa, probablemente mitad y mitad, o 75%- 25%. En el espejo me veo más fuerte que el año pasado: más brazos, pectorales, piernas... Y del exceso insidioso de grasa hay unos gramitos en la cintura y el resto está entre el ombligo y el pubis. Qué rabia, el año pasado estaba liso como una tabla de planchar. Este año estoy probablemente más duro, mantengo el estómago plano y atisbos de rayitas pseudo tableta de chocolate, pero por debajo del ombligo aparece un pequeño montículo en el bajo vientre, que probablemente desaparecería con facilidad si mantuviese la coctelera cerrada y engañase a mis clientes diciéndoles que jamás bebo vino en comidas de negocios. Claro que entonces dejaría de ser el Bukowsky del asfalto, el atleta underground... Por cierto, no incluyo las fotos que muestran el estado de mi "chasis", pues me consta que mis pocos - pero fieles - lectores son casi todos varones heterosexuales aficionados al atletismo; pero si las lectoras empezáis a pedírmelo , igual me exhibo un poco, jajaja! :-)



Dolce vita: mis gemelos cocteleros, regalo de mi buen amigo Ricardo R.


En fin, ingiero mi ligero desayuno habitual de competición, 2 tostadas con un chorrito de miel y 1/4 de litro de bebida isotónica, me pongo la ropa de carrera, el chandal, y me piro. Por cierto, que hoy me he decidido a calzarme las Asics Gel Stratus 2, a pesar de que sospecho que tienen algo que ver con mis problemas plantares, porque me van ligeramente grandes. Pero bueno, con ellas he realizado todas las salidas largas, de más de 20 kms los domingos. Así que me las llevo puestas, con la precaución de vestir 2 pares de calcetines para rellenar.


Me dirijo en metro a la zona de salida, cerca del Arco de Triunfo, mientras escucho Secrets of the Beehive, espléndido disco de 1987 de David Sylvian, quien fuera lider de Japan. Es una obra cálida, intimista, pura, melancólica, minimalista, de oscura belleza. Paisajes relajantes y por encima de ellos, la preciosa voz de David Sylvian, mi timbre masculino favorito de todos los tiempos. He descubierto este trabajo hace apenas unas semanas, y necesito escucharlo una y otra vez, tiene algo que atrapa.


Dejo los trastos y, para refugiarme del frío del exterior, decido hacer el calentamiento dentro de la pista de basket del polideportivo de la Estación del Norte, lugar designado para Atención al Corredor. Hago los movimientos habituales, tomados prestados del libro de Abel Antón, y troto suavemente, acabando con 4 ó 5 progresiones cortas. Por allí veo un veterano atleta, ataviado con la camiseta a franjas horizontales blancas negras correspondientes al mítico club deportivo del sur de Cataluña Reus Ploms, que ha realizado un calentamiento similar al mío. Luego volveremos con él... Durante el calentamiento suena el trabajo Metanarrative, música electrónica tranquila firmada por Claro Intelecto.



Ambientillo en la Estación del Norte


Cuando faltan menos de 20 minutos para la hora anunciada de salida, las 9 de la mañana, me pongo en la cola para realizar la última micción pre-carrera, mientras voy dando pequeños sorbos de mi bebida isotónica (como muy tarde 15 minutos antes de la competición, siempre ingiero 1/2 botella de Isostar manzana verde; ya es un ritual). Maldición, la cola apenas se mueve, y oigo decir que hay un único lavabo. Decido irme. Me pongo los guantes al salir a la calle. Las piernas y brazos entrarán en calor enseguida cuando empiece a correr, pero las partes blandas de las articulaciones no implicadas directamente en el movimiento se enfrían mucho, como por ejemplo las yemas de los dedos. Recuerdo que me chocó mucho una imagen que vi del gran campeón maratoniano, el toledano Julio Rey, cruzando la meta en primera posición ataviado con camiseta de tirantes, pantalón corto de atletismo y... ¡guantes! Después de algunas carreras que he realizado en días fríos, le entiendo perfectamente. Y en todo caso, si a mitad de carrera me molestan - que no fue el caso - tengo a "mi equipo" a la altura del km para dárselos.

Voy hacia la salida y, al no localizar lavabos habilitados, no me queda otra que situarme discretamente entre dos contenedores, exponer el miembro al frío matinal y aliviar mi vejiga. Me siento un poco marrano, pero en una competición la urbanidad se puede pagar cara... Ya me voy tranquilo a mi cajón de salida, correspondiente a los dorsales de color azul, para marcas por debajo de la hora y media, que es mi objetivo ( yo acredito únicamente 1:31:43, pero en la inscripción no pedían marca homologada).



Preparado para salir


Se da la salida, y por fin tengo la sensación de salir corriendo en una competición, en lugar de andando, como en la mayoría de carreras masivas. Apenas pasan 10" y ya cruzo el arco de salida. la estrategia que tengo pensada para la carrera de hoy es correr en positivo, haciendo los 5 primeros km a ritmo de 4' 20" el km, para acelerar a 4' 15" desde al avituallamiento del km 5 y, si al llegar al km 10 voy bien, tratar de apretar el ritmo aún más, a 4' 10". Si no es posible ese acelerón en el 10, posponerlo para el tercer avituallamiento, en el km 15. Idealmente, se conseguiría un tiempo de 88' 40". Claro que en las hojas de Excel todo se ve muy sencillo...

Llegamos al km 1, y primer escollo salvado, lo he realizado en un tiempo magnífico, 4' 16", no hay que remontar lastres. Ahora viene una subidita por la Via Laietana, hasta la plaza Urquinaona, donde viraremos para tomar la Ronda de Sant Pere, plaza Catalunya, y ya bajamos por las Ramblas. Yo voy pegadito al trasero del atleta del Reus Ploms que en el calentamiento; su veteranía me da seguridad, estoy seguro de que lleva cientos de competiciones en sus piernas, y que por tanto sabe llevar un ritmo constante, cosa que a mí aún me cuesta un poco. En efecto, los parciales están saliendo muy regulares, teniendo en cuenta las distorsiones que subidas y bajadas provocan. Ya hemos dejado Colón y subimos por la Avenida del Paralelo; esa es la parte "criminal" del recorrido, subida constante de casi 2 kms hasta la Plaza de España. En la Maratón también se pasa por aquí, con la gran diferencia de que aquí estás empezando y la subida mosquea; en la Maratón este tramo es parte del kilometraje final y, aunque estás mucho más hecho polvo, "hueles" la meta, y vas más animado.


A todo esto, yo estaba preocupado por ese recurrente dolor en la planta del pie derecho que arrastro desde hace dos semanas, pero ahora aparece otra molestia, un músculo lateral de la pierna izquierda, cuyo nombre ignoro, que va de la rodilla al tobillo. Empieza a "picar" que da gusto... Menos mal que ya hemos llegado a la Plaza España, y tomamos la Gran Via; serán algo más de 2 kms hasta llegar a la Plaza Tetuán, donde "mi equipo" tiene previsto situarse, darme ánimos, y luego ir a esperarme a la linea de meta. Yo sigo pegado al atleta de Reus Ploms, y cuando estamos a la altura del Paseo de Gracia le comento que ya tiraré yo a partir de la bajada de la Plaza Tetuán por el Paseo San Juan, que no me gusta "chupar" tanto. El me contesta que no está siguiendo un ritmo de velocidad, que corre en función de la frecuencia cardíaca. Entonces le revelo que mi objetivo es bajar de hora y media, y le pregunto si cree que podré. Mira su cronómetro y enseguida declara que sí, que aún puedo, pero que tengo que espabilar y tirar un poco más fuerte, pero sin pasarme. En eso llegamos al mojón del km 8, miro el parcial ( 4' 21") y me doy cuenta de que , en efecto, debo acelerar un poco. Le doy gracias por todo y aprieto el paso...


... Ya estamos en el km 9, mis niñas me brindan su apoyo, y emprendo la bajada hasta el Arco de Triunfo, que más tarde será el final de la prueba. me gusta siempre aprovechar las bajadas para aumentar la velocidad y correr así de manera económica, ya que las pulsaciones bajan un poco en lugar de subir. En esta ocasión me modero un poco, pues en el último kilómetro no me he sentido al 100%. Cruzo el km 10 con un tiempo de 42' 36". Es un muy buen parcial, ya que en la estrategia que había elaborado había previsto pasar en 42' 55", 25" por encima de la media de carrera para hacer un resultado <90'.




km 9. En el fotograma final, mi "liebre". Música: "Pipette". THE RURALS.


Paso el km 11 fuerte, pero mi cronómetro registra un sospechoso parcial de 3' 49" el último km. Demasiado rápido, seguro que está mal señalizado el punto kilométrico, pienso. Sospecha que adquiere más probabilidad cuando veo que el parcial hasta del 11 al 12 está demasiado por encima de los 4' 15". Me pongo a la altura de un grupito de corredores y les pregunto; me confirman que el km 11 estaba mal señalizado. A este punto iba siguiendo la estela de un altísimo corredor, pero veo que va muy fuerte para mi gusto y prefiero continuar con este nuevo grupito. Lo hago sólo un trecho, porque al llegar al 14 se me desmarcan. Es mi momento flaco de carrera; he sentido un amago de flato y ese dolor punzante a la altura de la mitad del costillar derecho. Reacciono bajando el ritmo, y reelaborando la estrategia: seguiré a un nuevo grupito, "sobreviviendo" hasta el 15. Ahora no es el momento de apretar; Ya llevo corriendo más de una hora, el glucógeno está agotado, y mediado el km 14 es el momento de comerse la media barrita de cereales, y ayudar a tragarla con el agua del avituallamiento del km 15. Ahí estoy. Maldición, me lo temía, no hay bebida isotónica. En una media maratón debería ser obligado dar bebida isotónica en el avituallamiento del km 15. Los atletas de élite no lo necesitan, porque acabarán la prueba en una hora, o poco más, pero los populares que estamos entre 1:15 y 1:30, y no digamos los de registros más modestos, ya llegamos al 15 sin reservas de energía, y es necesario un aporte de azúcares simples. Hoy he visto algunos corredores con bolsitas de gel - glucosa - en la cintura.

Cojo una botellita, doy un par de sorbos, y la mantengo en mi mano hasta que veo un container. Lanzo, y basket. Eso me da buenas sensaciones y buen rollo. En mis primeras carreras populares conservaba la botella durante algunos kms para ir dando más sorbos; la botella no me molesta, estoy acostumbrado a llevarla porque en mis salidas largas dominicales de más de 20 kms siempre llevo una botella conmigo en la mano. Sin embargo, últimamente me he acostumbrado en competición a beber muy poco, temiendo sufrir flato o molestias por ingerir demasiado líquido de golpe. He pasado el avituallamiento en 1:03:55, que supone 10" por encima de la media de carrera para bajar de 90'. Habrá que apretar un poco de aquí hasta el final, pero no me quejo, pues con lo mal que lo he pasado entre los kms 13 y 14, podía haber sido mucho peor. ya estamos en la avenida litoral, y corremos en paralelo al mar con el sol dándonos de pleno. Con las gafas de sol el astro rey no molesta, y su calorcillo se agradece. Es muy bonito correr con la costa a la vista, la verdad. Da una sensación de libertad total; además el asfalto de esta zona de la ciudad es bastante nuevo comparado con el resto de recorrido. Sigo al frente de mi grupito, mirando hacia adelante para mantener las referencias. El objetivo es llegar al km 20 en poco más de 85', calculando que, con las últimas reservas de energía, podré poner la directa para completar el último km y 97,5 metros con un tiempo entre 4' 25" y 4' 30", consiguiendo por tanto mi hito de bajar de los 90' en un Medio Maratón.

Ya estoy a la altura de la Plaza de los Voluntarios, tengo la Torre Mapfre y el Hotel Arts a mi izquierda, y doy un pequeño tirón, despegándome de mi grupo, visualizando ya el km 20. Sé que poco antes de ese mojón me toparé con unos metros de bajada, que me ayudarán. Sigo progresando, adelantando algunos corredores, y llego al km 20 en 85' 10". Experimento un subidón al saber que, si no sucede nada extraordinario, voy a conseguir mi objetivo. He de correr hasta la meta en 4' 30". Aprieto el paso, llego al Paseo Lluís Companys. son los últimos 97,5 metros.



Llegando al km. 21. Música: "Ocean Drums (main mix)". JERRY ROPERO & MICHAEL SIMON feat. KATHY BROWN

Veo la meta, el cronómetro, grito "¡Sí coñooooooooooo!" con todas mis ganas, y atravieso la meta con el índice izquierdo enguantado apuntando al cielo. Estoy tan, tan contento, que no puedo evitar lanzar puñetazos al aire. Genial. 1:29:32 tiempo real (oficial: 1:29:42). ¡Sub 90'! Oh Yeah! Ritmo medio de 4' 15" el km. Lugar 549, que me sitúa dentro del 14% superior o, dicho de otra forma, he superado al 86% de los que han llegado a la meta, que han sido 3.884 atletas. El campeón, el keniata Alex Kiuru, ha ganado con 1:02:25, 27' 7" menos que yo. El último atleta ha llegado a la meta en 2:35:19, 1h 5' 47" después de mí.



Llegada triunfal

Acabo de conseguir uno de los 3 hitos que esperaba del atletismo antes de morir. Probablemente este era el más sencillo, pero no por ello la alegría es menor ¡He conseguido bajar de la hora y media en un medio maratón! El ritmo promedio ha sido de 4' 15" el km, ritmo que muchos atletas populares firmarían realizar en una carrera de 10 km. Me voy a una de las columnas del arco a estirar y esperar a los míos, mientras doy buena cuenta de la bebida isotónica y el plátano que me han entregado a la llegada. Veo a Oriol, le enseño mi cronómetro, me felicita y le abrazo. El ha conseguido una marca de 1:32:28, inferior a la que acreditó en la 1/2 de Gavá del año pasado, pero que le permite plantearse de manera realista mejorar su mejor marca reciente de Maratón el día 1 de marzo.



Con Oriol bajo el Arco de Triunfo


Me voy a recoger mis cosas y ducharme, cubierto por la toalla que me ha traído mi equipo; la verdad es que se agradece, a medida que transcurren los minutos noto ya como el frío y el viento se vuelven incómodos. El espléndido sol que luce en lo alto compensa algo... En el guardarropa me encuentro al gran Toni D.L.H., que me comenta que ha acabado cojo, que tiene molestias muy fuertes desde hace algunos días. Teniendo en cuenta eso no ha corrido a tope, ni siquiera se ha puesto el chip, y ha servido de liebre a un compañero de club que pretendía bajar de 1:40. Pues en la salida de la Maratón nos veremos, Toni...


Buen rollito

Por cierto, si hasta el domingo me daba la impresión de que las semanas pasaban demasiado de prisa, ahora este buen resultado en la Media Maratón va a hacer que pase al revés, la espera hasta el día 1 va a ser casi insoportable. Ahora hay que ir reduciendo el kilometraje y ritmo del entrenamiento, y no más competiciones hasta el Maratón. Por el camino, eso sí, un par o tres de tests para reafirmar el resultado conseguido en la Media Maratón:


1) Series Yasso de 800. Propuestas por un destacado atleta popular americano, se trata de 10 series de 800 metros realizadas en un tiempo equivalente a pasar el tiempo objetivo de maratón de horas-minutos a minutos-segundos. Es decir, que si se pretende correr el maratón en 3 horas 15 minutos, las series de 800 deben hacerse en 3 minutos 15 segundos; o lo que es lo mismo, a un ritmo por kilómetro de 4' 03". Bart Yasso sugiere que las recuperaciones han de ser trotes del mismo tiempo que dura la serie. En mi opinión, es un tiempo de recuperación excesivo a esta alturas; así que lo dejo en 2' 15". Carles, mi querido quiromasajista ex-triatleta, va más allá, y no sólo opina que la recuperación es excesivamente larga, sino que 10 son pocas series. ¡Se nota que es joven! Quizás deberían hacerse 12 ó 13, opino yo, para completar 10 kms, pero el entrenamiento entonces sería larguísimo. (Más información sobre Yasso en http://www.bartyasso.com/800s )


2) 2 x 6000. La semana siguiente, 10 días antes de la maratón, tocaría realizar el mítico y durísimo test del 2 x 6000. Se trata de correr dos series de 6.000 m. La primera debe realizarse al ritmo proyectado para maratón. A continuación, se recuperan únicamente 90" al trote, y se realiza la segunda serie, esta vez a tope. Si se consigue una diferencia de ritmo por kilómetro de 30" o más - el número exacto depende del tiempo objetivo de maratón -, queda confirmado que el ritmo objetivo es realizable en el maratón(en condiciones óptimas de viento, temperatura, salud del atleta...). Si el margen es más pequeño, la marca peligra. la table devuelve como datos el ritmo posible y el ritmo probable (más información en http://www.elatleta.com/rincon_entrenador/test_maraton_gavela.htm ).


3) 60' carrera contínua a ritmo de competición. Aún se puede realizar un tercer test, no tan exigente como el 2x6000, que serviría más bien para hacer un chequeo del nivel de pulsaciones. Se realiza 6 ó 7 días antes de la competición, y consiste en correr durante 60' consecutivos al ritmo objetivo. Las pulsaciones medias de la prueba deberían resultar en torno a una cifra aproximadamente el 8% inferior a la que se obtuvo en la competición de Media Maratón. En mi caso, la media que resultó fue de 170. Según la calculadora de estrategia MARCO, que me dio buen resultado el año pasado y por tanto voy a repetir, mi pulso medio previsto para la Maratón es de 168. Confrontando ambos datos - un 8% menos de 170 son 156 - me agrada ver que tengo un cierto margen. El año pasado hice la maratón en una media de frecuencia de 164 ( sobre 157 previstos por MARCO).

En el momento que escribo estas lineas, hay terribles novedades. El viernes, en la octava serie sufrí pinchazos en isquitobial y glúteo izquierdos, y tuve que parar. Es el temido síndrome del piramidal. Ya en octubre sufrí lesión del derecho, y necesité casi 2 meses de recuperación. Ahora estamos a dos semanas escasas del Maratón, ya no hay tiempo...

... Así que esta mañana de sábado me he ido a ver a Carles, que me ha aplicado infrarojos en el isquio izquierdo, y me ha efectuado un masaje de recuperación contundente. Eva me ha dado masaje de descarga; ella no me ha visto tan mal, así que me han recomendado que mañana domingo trote suave 1/2 hora y que llame el lunes a ver qué tal. Piensa Carles que aún puedo salvar el maratón; esta declaración me llena de esperanzas, pues él mismo me dijo hace semanas : "¿es necesario que corras el maratón?". Me vio muy sobrecargado. Y es que la temporada pasada tuve mucha suerte, pero lo que es esta, apenas salgo de una para entrar en otra...

... Bueno, pues adios test 2x6000, series y el rodaje de 26 km que me iba a pegar mañana. Como dice Carles, tendré que "vivir de renta" y llegar al maratón con lo que he conseguido hasta ahora, que creo que no es poco. Espero poderos relatar dentro de 2 semanas que he podido disputarlo. Estaba entrenando para realizar una mejora sustancial de mi marca, pero con estos problemas físicos que arrastro , la simple mejora de 1" sobre mi marca sería un exitazo. Aún no sé qué hacer, confío en la orientación de Carles, y tambíen en lo que Oriol opine. Toni D.L.H, por favor, moderación, no te rompas antes del día 1... Y Carles, Eva, ¡mil gracias por vuestros cuidados y consejos!



Esta energía ha de llevarme a la meta de la maratón