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"'Ay de aquellos que reduzcan la explicación de un fenómeno adverso a una sola causa, porque omitirán ( y por tanto, no corregirán) las n-1 razones restantes que también contribuyeron a ello" (ANTONI BALTAR)

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Estrategia equivocada

(30ª Cursa de la Mercè, 10.000 m, 21.09.2008)




Domingo 21 de septiembre, 9:30 horas de la mañana de un día nublado, con temperatura ideal para correr. El alcalde de Barcelona da la salida de esta carrera de Festa Major para la que me he preparado con un exigente entrenamiento diseñado por Martín Fiz. 6 semanas, desde el 11 de agosto, una media de 42 kms semanales, que incluyen series de 2.000 m muy duras. Llevo un dorsal bajo, gracias a mis tiempos acreditados, com lo que salgo en el segundo cajón, justo detrás de los corredores de élite. Mi objetivo es muy ambicioso: bajar de 40'. Mi mejor marca es del final de la temporada pasada, primero de junio, 41' 20".



Mi táctica de carrera va a ser la siguiente: salida fulgurante, a 4'00" el km o más rápido, lo que salga, llegar hasta el km 7 a un ritmo de 4' 04" el km, y pegar el acelerón en los 3 últimos kilómetros, corriéndolos a 3' 50". Con ello se consiguen 39' 58". Sobre el papel funciona, sólo hay que "matarse" 3 kms, y el cambio de ritmo únicamente supone incrementar la velocidad un 6%. Incoveniente: el último kilómetro transcurre en pendiente de subida y, ah, otro inconveniente mayor: en los entrenamientos me ha sido imposible completar las series de 2.000 m a 4' 00" o menos que Martín Fiz sugiere, así que sé que será muy difícil conseguir hoy mi objetivo; pero al menos, espero mejorar mi marca personal.



Tomo la salida al lado de mi colega Oriol, que me da libertad para ir a mi rollo, ya que el piensa correr hoy a un ritmo más lento de 4' 15" (que no es moco de pavo, por cierto). Salgo como un poseso, y completo el primer km en 4' 04". Corro muy a gusto hasta el km 4, siguiendo a las liebres que he seleccionado visualmente, pero suplico mentalmente que llegue ya el avituallamiento del km 5. Rebaso este hito en 20' 21", sólo un segundo por debajo del plan. ¡Acabo de correr los 5000 m más rápidos de mi vida! El problema es que mientras agarro el botellín de agua, doy unos rápidos sorbos y me echo dos veces el resto del agua por la cabeza para despejarme, me doy cuenta de la cruda realidad: estoy bastante hecho polvo, tengo pinchacitos en la cintura y siento ese inquietante hormigueo en los brazos, síntoma este que siempre achaco, y no sé si estoy en lo cierto, a un amago de hipoglucemia fruto del esfuerzo extremo. No tengo ni idea de mi ritmo cardíaco , porque mi pulsímetro está en la tienda a ver si me lo reparan o cambian... Así que tomo la frustrante pero necesaria decisión de bajar a un ritmo en el que me sienta más cómodo, y esperar a que llegue la recuperación para, si me es posible, acelerar hasta el ritmo inicial...



Hacia el km 6

... Echando un vistazo al reloj me doy cuenta que he corrido desde el km 5 hasta el km 7 en 4' 30" / km, ritmo que hace un año era mi objetivo de carrera y que ahora me parece ridículamente lento. Estoy sufriendo, no corro a gusto y he estado tentado, durante un instante, de echarme a un lado y abandonar. Pero decido apretar los dientes, y luchar para intentar al menos mejorar mi marca. Mala cosa, por cierto, empezar a apretar los dientes cuando aún falta por cubrir el último cuarto de carrera...



Sufriendo...


Al llegar al km 8 me siento un poco mejor, y como coincide con un descenso, decido exprimir la poca energía que me queda. Veo que para mejorar mi marca debería cubrir los últimos dos kms en menos de 8', y me temo que ello no va a ser posible , dado que el ultimo km transcurre en subida...

... Y a partir del km 9 noto que la mente quiere, pero el cuerpo no puede más. Cruzo la meta destrozado, y comprobando que no he conseguido mejorar mi marca. Me consuelo al saber que con mis 42' 10" he realizado la segunda mejor carrera de 10.000 m de mi vida, pero es evidente que la estrategia ha fallado. Porque en noviembre pasado corrí en 42' 16", en abril en 42' 17", y acabé con sensaciones mucho mejores y más entero. Sobre esas carreras, apenas he mejorado 6" y en cambio, me siento más cansado que cuando terminé el Maratón de Barcelona.



Cansadísimo al cruzar la meta

Está claro que mi ambicíon ha sido excesiva y me ha jugado una mala pasada; y ahora ya tengo más claro lo que he de hacer en las siguientes carreras de 10 km. Los resultados muestran que tengo consolidados tiempos que me sitúan entre los 42' 10" y los 42' 17"; sólo en una ocasión he bajado de 42'. Así pues, en la siguiente carrera, para recuperar la moral y, sobre todo, para seguir un progreso paulatino y sistemático, mi objetivo va a ser más realista: bajar de 42'. Una vez haya consolidado y visto que ese aún modesto objetivo se me queda corto, pasaré a afrontar el bajar de 41' (hito que aún no he conseguido). Y sólo entonces me plantearé abandonar el reino del 40 y pico y pasar al ansiado 39' 59".

Oh, por cierto, han finalizado la prueba 7.042 corredores, de un total de 9.000 inscritos. Yo he acabado en el puesto 524, lo que significa superar al 93% de los atletas que han llegado a la meta. Quien no se consuela... :-)

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