Falta media hora para el pistoletazo de salida de los 1.200 metros, carrera Open que cerrará, después de 20 carreras previas de las diversas categorías, la matinal atlética organizada por el Colegio P., que este año llega a su 21ª edición. En este Open pueden participar todos aquellos atletas de 28 años en adelante, que sean ex alumnos o bien padres de alumnos actuales que participan en la Cursa.
Falta media hora, la salida está prevista para las 12:20 de este domingo 30 de marzo, así que inicio mi calentamiento trotando por las calles libres de público cercanas a la salida. Como cada año, hay ambientazo. Todos los alrededores del circuito base de carrera – el más largo 1.800 m , para los juniors y cadetes - , en especial los lugares más cercanos a salida y meta están copados por niños, padres, abuelos… Cuando son casi las 12 menos cinco y llevo un rato trotando, me despojo del chándal, me despido de mis “asistentes”, agarro mi Isostar y me voy cerca del cajón de salida a realizar los estiramientos. Quiero estar por allí para ser de los primeros en entrar y así asegurarme salir en primera línea; habiendo quedado el año pasado en el lugar 21º, me siento con derecho moral a ello.
Mientras estiro, me pasan por la cabeza muchas cosas… Las molestias que aún siento en el bíceps femoral derecho al realizar series de velocidad es lo más preocupante. No puedo olvidar tampoco ese dolor creciente en el lateral de la rodilla derecha cuando llevo corriendo más de 5 km a ritmo moderado. Pero eso no molestará hoy, que la carrera es corta. Me he levantado un poco atontado, es probable que la causa sea el cambio de horario que se ha efectuado esta madrugada. Bueno, eso afecta a todos los corredores hoy... Lo que sí es más peligroso el hecho de que he estado postrado en el lecho desde el viernes hasta el miércoles, con fiebre y dolores musculares en abdomen y espalda. Apenas he entrenado dos días pues, y además el viernes tuve que reducir el entrenamiento por culpa de la rodilla. Mis armas ante esos peligros son únicamente la ingesta de una pastilla de Ibuprofeno 600, para mitigar el dolor, y mi fortaleza mental, que es infinitamente mayor que la suma de la de toda la plantilla del Barça, Rijkaard, Laporta y directiva incluidos (tenía que decirlo).
Acabo los estiramientos y me voy al cajón, charlando con una veterana compañera del gimnasio. Me comenta que como madre de ex alumna ha corrido todas las ediciones – 21 con la actual - de esta carrera. Se apunta a casi todo, lo sé por las camisetas que lleva en el entrenamiento, obtenidas en sus participaciones en carreras. Sé que correrá la Cursa dels Bombers y la Milla de la Sagrada Familia, justamente mis dos próximos retos…
… Pero antes está este Open, ¡en juego el honor! :-) Me pongo en primera linea. Mientras hago ligeros estiramientos de gemelos y me mantengo en movimiento, miro a izquierda y derecha para ver a mis contendientes. Veo que faltan el campeón y el segundo del año pasado. A cambio, he visto un corredor que luce la camiseta de la Maratón de Barcelona de este año. Hay unos cuantos corredores con camisetas de carreras diversas; está claro que no voy a ser el único atleta popular. También constanto, y esto me llena a la vez de confianza pero también de responsabilidad, que en mi opinión soy el tipo con el aspecto más atlético de la primera linea (no es que tenga excesivo mérito, porque no soy precisamente Arnold Schwarzenegger). Eso no significa nada, incluso puede ser peor; el arquetipo físico de los grandes corredores de medio fondo es bastante más escuálido que el mío. Pero confieso que me mola sentirme poderoso, aunque sea con el vil y facilón truco de la comparación. Contribuye a este sentimiento la camiseta que luzco hoy, decidida hace meses ( con la única duda de la longitud de la manga, corta o larga. Finalmente corta, por el buen tiempo). Es una Adidas Techfit negra, ajustadísima. Ya que en esta carrera - aunque de medio fondo, para mí es como si fuera un sprint comparada con el maratón - quiero sentirme poderoso, como los grandes Johnson, Ben y Michael.
… Veo a la gente expectante a ambos lados de la salida. Reconozco algunos espectadores. Ha pasado un año justo desde mi primera carrera de competición. Ahora vuelvo, con la arrogancia del que sabe que ha progresado, ocupando la primera línea, pero también con la responsabilidad que da situarse en ese lugar preferente. La derrota sería entonces más dolorosa, porque vendría acompañada de comentarios jocosos y acusaciones, siendo las mías propias las primeras y más duras… Cierro los ojos, inspiro profundamente. Espiro. Mi cronómetro a cero. El juez está listo para decretar la salida. Los corredores se tensan. Esto no es un maratón, aquí se sale a muerte desde el primer milisegundo. Suena el disparo. ¡Bang!
Salgo, mientras pongo en marcha el cronómetro. Enseguida noto el primer codazo, en el costillar izquierdo. Los corredores abren sus brazos. Llega una curva. Ya cojo mi ritmo, aplaco otro codazo que recibo con uno mío, a lo Conan, y propino otro más a mi derecha , intimidando. Me pongo ya en el centro de la calle, y “despliego mis alas”. Sí, coño. Son horas de gimnasio, aunque el maratón no permite tanto entreno muscular, quien tuvo retuvo, he trabajado mucho dorsales y deltoides; así que saco mis brazos, los levanto hasta casi la altura de los hombros, hincho el pecho, y pienso : “ a ver quién tiene cojones de pasarme ahora”. Y en efecto, ya nadie más me pasó en el resto de la carrera :-)
Viene la puñetera subida, así que ritmo suave. Tengo buen entrenamiento previo en cuestas, así que sufro poco, nada. Miro el cronómetro. Está detenido en 3 segundos 6 centésimas. Joder, ¡alguien me lo ha parado de un codazo en la salida! Ha sido todo un espectáculo, pena no disponer de grabación. Curioso: millones de personas se dan codazos para presenciar la salida de una carrera de Fórmula 1; yo me doy codazos con mis rivales en la salida de una modesta carrera pedestre de 1200 metros. A mi nadie me preguntará en la meta la marca de mis zapatillas ni me pedirán autógrafos; pero siempre he preferido ser protagonista a ser espectador.
Se acaba la cuesta, y nos metemos en un callejón. Allí, imposible adelantar. No sé en qué puesto voy; no voy mal, pero tampoco excesivamente bien, veo demasiadas espaldas delante de mí. Ya caerán, hay tiempo… Después del callejón viene bajada, y aprovecho para acelerar un poco y pasar a unos pocos corredores. Giramos a la izquierda, ya en llano. El resto de la carrera ya será bien en llano, bien en bajada.
Estoy corriendo bien, ni me acuerdo de mis molestias. Llega la primera de las 3 bajaditas hasta la meta. Intento aprovecharla, aunque siempre tengo tendencia a frenarme en estos casos ( debo entrenar algún día a bajar a tumba abierta, sin miedo). Otro tramo recto. Ahora ya hay distancia entre corredores. Intuyo que estoy haciendo mejor puesto que el año pasado (vigésimo primero), porque veo a menos de 20 corredores por delante. ¡Bien, pero hay que esforzarse más aún!

Bueno, ya estoy casi en lo que siento como la “velocidad de Michael Johnson”, el mítico campeón de 200 y 400 metros, “El Expreso de Waco”.Paso un par de corredores más. Se acerca la última curva antes de la meta. Ahora ya voy a saco. A saco, Waco. Pongo las manos como le veía hacer a Carl Lewis, ¡qué bonito le quedaba a él!, palmas abiertas, paralelas, cortando el aire. A mi izquierda Paula y José Manuel me gritan y animan. Iria también está, sin duda, pero no la veo.
Caigo en la cuenta de que mi cronómetro estuvo parado, así que me giro y le pregunto al tipo de antes, el que entró en meta poco después de mí, si se ha cronometrado. Me dice que sí, que 4’ 00”. ¡Bien! El año pasado hice 4’ 17”. Es un gran resultado , y sé que trabajando el año que viene todavía rascaré algún segundo más, sí. Qué gran tentación exclamar: ¡SOY EL PUTO AMO! :-)
Llevaré una cápsula de Ibuprofeno en el bolsillito trasero del pantalón. Si empiezan los dolores de la rodilla en el km 5, pa’ dentro con el agua del avituallamiento. Al traumatólogo ya iré la semana que viene si hay problemas, lo prometo :-) Y eso es todo por ahora, en espera de que se confirme la clasificación y tiempos de la carrera de 1200, y entonces aprovecharé para actualizar este artículo y colgar alguna foto...
(*) efecto de mejora de rendimiento que se produce semanas después de haber disputado una prueba de resistencia, si el entrenamiento y la recuperación han sido adecuadas.