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"'Ay de aquellos que reduzcan la explicación de un fenómeno adverso a una sola causa, porque omitirán ( y por tanto, no corregirán) las n-1 razones restantes que también contribuyeron a ello" (ANTONI BALTAR)

martes, 17 de julio de 2012

Cuboides, sobrepeso e inundaciones

(XXII Cursa Vila Olímpica. 01.07.2012. 10000 m )




Cada año deposito en esta carrera todas mis esperanzas de marca personal en 10 km. La mayoría del resto de carreras urbanas que se disputan en Barcelona llegan en fechas en las que aún estoy en recuperación de algún maratón, por lo que nunca llego al 100% de capacidad a ellas. Vila Olímpica se celebra en la última o penúltima semana de junio, por lo que dispongo de las 8 semanas de ciclo que requiere el entranamiento específico que sigo para los 10 km. Además, tiene el trazado más llano de todas las carreras de la ciudad. A cambio, hay algunos inconvenientes: el calor previsible en las fechas, la cercanía en el calendario de la verbena de Sant Juan, que propicia excesos en la dieta sólida, y también líquida (ustedes ya me entienden)... Y este año se les han unido 3 más, que paso a relatar:

1) Hacia finales de mayo sufrí una lesión - omitiré explicar la causa de la misma, para no resultar tedioso y porque no contiene realmente ninguna enseñanza de inmediata utilidad - de resultas de la cual tenía el ligamento subastrágalo distendido, y se me había producido un desprendimiento de un pequeño fragmento - realmente minúsculo - del hueso cuboides. Para mejor situarnos, ahí va un dibujo:



Fruto de esta lesión he estado siguiendo un tratamiento de rehabilitación de 10 sesiones - justo antes de la carrera ya había realizado 8 - consistente en ultrasonidos, láser y magnetoterapia, más un par de ejercicios de fortalecimiento. Total, 55 minutos netos cada sesión. 

2) La semana anterior a la carrera ha coincidido con unas fechas en las que me he tomado un par de días de ""vacaciones"" - las dobles comillas son intencionales; me he visto obligado a permanecer alerta y a realizar distintas gestiones profesionales; a currar, en definitiva - . Una cierta relajación en la dieta y generosidad en la bebida no me han ayudado a controlar mi peso, que ya era un pelín "irregular". La estadística fría no miente y, al tomar la salida en la carrera del año pasado, pesaba 72,6 kg y este año la báscula arroja un saldo de 75,6 kg. Sobrepeso. 3 kilos más equivalen a correr con un tetrabrick de litro y medio de agua en cada mano, desafortunada pero acertadísima metáfora de mi querida esposa...

3) A las 4 de la mañana del domingo me desvelo y, notando la vejiga llena, me dirijo al baño. Pero no me da tiempo a llegar, ya que oigo un ruido extraño, agua cayendo, como una ducha abundante, a chorro. No es el baño, no es mi casa. Abro la puerta. Por la escalera cae agua, parece una ducha (...). El agua cae como una cascada por las escaleras. Problemas en el piso de arriba. Inundación. Llamamos a los bomberos. Vienen, dan testimonio (el menda ya lo arreglado casi todo, cortando el suministro) Se van. ya son las 6 de la mañana. Casi hora de levantarse. Se puede desayyunar, 3 horas antes de la salida...

Bien, ya tengo las 3 excusas servidas en bandeja. Pero las excusas son el último refugio del runner perdedor. Todos salimos de una lesión, todos tenemos molestias, todos hemos dormido mal... Todos nos ponemos la "tirita" antes de que surja la herida. No, no. ¡Hay que ir a por todas! Así que llego con tiempo al lugar de la carrera. Por el camino me da tiempo a charlar con un corredor que debuta en esta carrera. Es un joven andorrano, que me comenta que su entrenador es Toni Bernadó, mítico atleta andorrano, que acudirá a los juegos olímpicos de Londres, compitiendo en maratón. Serán sus quintas olimpíadas, ¡atención! Y lleva una marca de 2:17, a sus 46 años. Ante él me quito el sombrero y la tapa de los sesos, vamos...



Una vez dejados los trastos en el guardarropa, toca calentar. La temperatura es alta, unos 23º. Con eso ya contaba. El cielo está nublado - y así permaneció toda la carrera - , con lo que la sensación térmica no será tan alta. Eso sí, acabado el calentamiento, unos 15' de trote con varias progresiones rápidas acabo sudando, tal y como me sucedió el año pasado. Por cierto, me ha costado decidirme por qué zapatillas calzar para esta carrera, ya que mi lesión seguramente requeriría de una zapatilla bien amortiguada. Una elección muy conservadora serían las ASICS Nimbus, una más prudente serían las ASICS Sky Speed, y una muy ambiciosa, las ADIDAS Adizero Mana 5 y sus escasos 220 gramitos (con ellas corrí el año pasado, con éxito). Finalmente, me decido por las ASICS Speedstar 5, de las que ya me habéis oído hablar en este blog. 260 gramos, y amortiguación suficiente. No deja de ser una decisión osada, dado el estado de mi tobillo, pero es razonable. Por cierto que parece que ASICS discontinúa este producto, y ahora quien quiera unas voladoras ASICS tendrá que optar por las Tarther 2 (215 gramos) o las Hyperspeed 5 (198 grs).

Ya estoy esperando la salida. Este año las 2 grandes novedades es que cronometra Championchip - hasta ahora la organización utilizaba un chip propio de un solo uso - , y que se establecen 3 cajones de salida. Ambas cosas son de agradecer. Son sólo 3. Yo voy en el segundo. Pregunto cuál ha sido el criterio de selección y me dicen: dorsal verde, menos de 34'. Dorsal rojo, de 34' a 40'. Blanco, resto. Madre mía, -34'. Son cuatro gatos, y los del rojo no somos legión. Tentado estoy de echarme un poco para atrás, pero como ya estoy en primera linea de mi grupo, ahí me quedo. El objetivo de esta carrera, en condiciones normales, sería mejorar mi marca de 39:37 realizada el año pasado. Pero dadas las circunstancias, y teniendo en cuenta además que hasta el momento es el único sub 40 en mi currículum, me sentiré feliz si consigo simplemente bajar de 40'. Así tendría mi primera marca sub 40 homologada por Championchip, cosa que me puede ir muy bien en las carreras de la temporada siguiente para situarme bien en las salidas.



Pistoletazo, y p'alante. Lamentablemente, no veo el mojón del primer km y no sé a qué ritmo he salido, habrá que esperar al segundo. De todas formas, me encuentro con Adolf Dieste, al que los seguidores de este blog ya conocerán. Va sin dorsal, para hacer de liebre de su entrenador y otro compañero. Le comento mi marca de 39:37, pero mi conformidad con hacer simplemente 39:59, y seguimos juntos, yo ligeramente adelantado. Delante de nosotros, una liebre "oficial" de los 40'. Me parece que ésta ha salido con cierta holgura, porque según mi cronómetro llegamos al km 2 en 7' 45", o sea, un ritmo promedio de 3:53 /km. 


Adolf Dieste, con la camiseta de la sección de atletismo del FC Barcelona. Más a la izquierda y con dorsal rojo Joan, su entrenador


La liebre y su grupo de seguidores sigue a la vista pero delante de nosotros, y yo comento la circusntancia al grupito. Hay quien me dice que la liebre ha de procurarse cierto colchón, no va a ir a 39:59 pelado. Es cierto, pero 14" de margen en sólo 2 kms me parecen excesivos. Como a mi parecer estamos yendo un pelín demasiado rápidos, le comento a Adolf que ahí mismo, justo delante de nosotros, tenemos a Inna Lebedieva, la atleta ucraniana habitual en los podiums de las carreras populares catalanas, que debe ir a ritmo de 37:30. Exageré un poco, Inna ya me había comentado antes de la salida que ayer ya había corrido los 8 km de Terrassa - ganó, por cierto - , y que hoy ya veríamos que pasaba. Teniendo en cuenta eso, 38:27 es un gran crono. Lástima que sólo le permitió ser cuarta, cuando hace 2 semanas, con 38:30 ganó la Cusa DIR Sant Cugat. Calaro que allí no estaba Hasna Bahom, atleta con la que Inna suele compartir podium y que este año firma varias carreras por debajo de los 36'.



La excelente atleta, coleccionista de triunfos y podiums, Inna Lebedieva. Pura elegancia.

Dejamos que la liebre se aleje un poco, pero seguimos yendo a muy buen ritmo. Adolf no deja de animar a sus dos acompañantes, aunque uno se descuelga. Quedamos Adolf, Joan y yo mismo, que estoy corriendo por delante de ellos, apenas unos metros, porque no dejo de oír los consejos y palabras de ánimo de Adolf hacia su entrenador. Pasamos por el ecuador de la carrera, km 5, con el excelente crono de 19:27. Hay un colchón holgado para bajar de 40', e incluso para que logre marca personal. Pero la verdad es que en esos momentos no hago cálculos sobre eso, estoy concentrado en mantener la distancia visual con la liebre y su grupito. Ese "descuadre" entre mi 19:27 y la posición de la liebre me desconcierta un poco. Por eso me tranquiliza la presencia por detrás de Adolf Dieste, todo un ex-campeón de España de 3.000 m, que está yendo a un ritmo que para él es un paseo, así que todo debe estar bajo control...


A partir de este punto mi concentración es no perder ritmo. Elijo como referencia visual inmediata a un atleta muy joven que me da muy buena impresión de regularidad y precisión, porque le veo una zancada segura y regular. Corro muy cerca de él, en alguna ocasión por detrás, a ratos a su lado o por delante. Hasta el km 6, un parcial de 3:52. Del 6 al 7, bajo a 4:00. Finalmente, cuando llegamos al km 8 parece que nuestra improvisada liebre se encuentra con fuerzas y se va. Luego lo encuentro en la meta y nos felicitamos, porque ha conseguido su marca, 39:10 creo recordar. 




Mi improvisada liebre, el joven atleta de camiseta azul y pantalón rojo

Por cierto, que aquí debe haber algún error de medida del circuito, porque el parcial que arroja mi crono es de 3' 46", me parece demasiado rápido y no soy consciente de haber incrementado el ritmo. Lo que sí se es que desde el km 45 me he ido acercando progresivamente a la liebre "oficial" y su grupito, cosa que achaco a que está suavizando el ritmo, ya que debería gozar de un generoso colchón hasta el objetivo de 39:59. Poco antes de llegar al km 9 me alarmo, mi crono marca ya un parcial de 4' 00" y no veo el mojón del km 9. Me pongo a la altura de la liebre y le pregunto si hemos pasado ya por él. Me dice que aún no. Le comento que debe haber algún error de medición, y no está de acuerdo. Decide incrementar el ritmo y dejo a la liebre atrás. Según mi crono, ¡el parcial ha sido de 4:27! No puede ser. Imagino que eso compenso el parcial corto del 7 al 8.  Ni siquiera miro el tiempo total acumulado. Pienso que hay que acelerar, y ya está...



Incremento el ritmo, me alejo de la liebre y voy pasando corredores. Con un vistazo rápido al crono soy consciente de que puedo lograr marca personal, lo que en la salida me parecía una utopía. Pero va a ser posible, porque entrando en recta de meta, veo que el cronómetro aún no marca 39:00. En efecto, voy a entrar en meta cuando el reloj todavía no señala 39:30. Me da hasta tiempo de pensar y ejecutar mi ritual de elevar el dedo índice al aire cuando consigo marca personal, recordando a Ben Johnson.



Felicidad completa. EL tiempo oficial es de 39' 31", y el real 39' 24". Marca Personal. También consigue su objetivo Joan, el entrenador de Adolf Dieste. Ya en las duchas, coincido con un atleta que luego identifico como Jon Koldo González. Ha quedado 6º con  32:26, y es ni más ni menos el líder absoluto de la Lliga Championchip de este año. Me dice: "hoy todo el mundo habrá hecho marca, había como 200 metros de menos en el recorrido". No me gusta esa información, pero confirma mi sospecha de que el circuito, como tantas veces sucede en muchas carreras populares, puede estar mal medido. Y es una pena, porque la organización esta vez se ha esmerado en aspectos importantes: cajones de salida, cintas en las esquinas evitando que los recortadores hiciesen de las suyas...


Por cierto, el campeón de la carrera, Ilias Filfa, no es de los que consigue marca, pero sí un crono impresionante de 29' 31" - sacándole medio minuto al gran maratoniano Jaume Leiva, que queda segundo - pero por debajo de sus 29' 27" conseguidos en Holanda, abril 2012. A mí me queda la "conciencia" tranquila. He entrado holgadamente por delante de la liebre de 40', y además he firmado un parcial final de 3:52. Si no es 39' 24", pues sería 39' 44". La marca es homologada por Championchip. Si hoy me han dado algo, otros días me lo habrán quitado. Como aquella famosa vez en la Mitja de Sitges, en que pusieron 300 m de más, ¡ en el primer km ! Luego ponderaron tiempos, pero el mal ya estaba hecho.








En fin 39' 24", marca personal, y la vista puesta ya en la Maratón del Mediterráneo, 21 de octubre 2012, donde si todo va bien haré por fin mi primer intento de bajar de las 3 horas en maratón