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"'Ay de aquellos que reduzcan la explicación de un fenómeno adverso a una sola causa, porque omitirán ( y por tanto, no corregirán) las n-1 razones restantes que también contribuyeron a ello" (ANTONI BALTAR)

viernes, 7 de diciembre de 2012

Vencido por la ambición (3:11:36)

(8ª Maratón del Mediterráneo, 42,195 kms, 21.10.2012)




















Esta maratón la esperaba con muchas ganas, ya que después de mis 3:03:47 conseguidos el año pasado, aspiraba a realizar aquí mi primer intento de bajar de las 3 horas. El problema es que los resultados precedentes no hacían presagiar que esa posibilidad fuera realista: 40' 58" en los 10 km de la Mercè (frente a los 40' 12" del año pasado) y, sobre todo, los 1:28:57 en la Mitja Marató de Sant Cugat: 18" más lento en un circuito notablemente más llano que en 2011. Una lectura fría de estos resultados me habría llevado a plantearme como objetivo realista una marca entre 3:05:00 y 3:08:00. Y eso sin tener en cuenta otros factores importantísimos, sobre todos ellos la climatología...

... Pero nunca me ha gustado plantearme un objetivo menos ambicioso que al menos mejorar mi marca. Y además, este año había otro factor que me "empujaba" a ser ambicioso: me había unido a un reto solidario promovido por la fundación Real Dreams, recaudando fondos para Cáritas. A este reto se unía el deportivo de bajar de las 3 horas. Así pues aunque las previsiones del tiempo hablaban de una temperatura de 21º, probabilidad de lluvia del 70%, humedad relativa del 80%, viento sur-sudoueste a 26 km/h (vamos, como si a San Pedro le hubiesen dicho: "pon las peores condiciones que se te ocurran para correr una maratón) y mis resultados en las recientes competiciones no eran los deseados, decidí intentar igualmente el sub 3 h. La estrategia que diseñé era "realista": se trataba de correr en progresión, dividiendo el maratón en 3 partes de 14 kms cada una, de las cuales la primera se subdividía a su vez en dos. Es la llamada estrategia Marco, que se basa en la idea de empezar a un ritmo por debajo del promedio para mantener en niveles bajos las pulsaciones, y con ello ahorrar el inestimable glucógeno que será esencial al final de la prueba. Es una estrategia que nunca he conseguido poner en práctica de manera satisfactoria, pero pensé que era la única manera de afrontar el reto. El plan era:

1-3 km: ritmo 4' 21" /km
4-14 km: 4' 18" /km
14-28 km: 4' 16" /km
28-Meta: 4' 13" /km

Y la esperanza era: si consigo que funcione, mi sueño de bajar de 3 horas está cumplido. Y si no puedo incrementar el ritmo, al menos tengo la marca personal "asegurada" (con 4' 21" /km, el tiempo final sería de 3:03:33). Y ahora veremos qué sucedió en la realidad...

... Llovía una media hora antes de la salida, pero el tiempo empezó a despejarse. Eso me desconcertó un poco, ya que estaba psicológicamente preparado para una carrera "epica" bajo la lluvia. En lugar de ello me encontré con una carrera en clima soleado y muy caluroso durante casi todo el recorrido. Hasta llegar al km 10 pisé muchos charcos, lo que a la postre fue fatal. Aquí me planté en 43:21, apenas 12 segundos más tarde de lo que había proyectado, así que no iba mal la cosa. La primera señal de alarma la tuve en el km 18: para mi horror noté como me se estaba formando una ampolla en la planta del pie derecho. Mal asunto, porque aún faltaban 24 kms y además, esa zona es muy delicada. En otras carrera de larga distancia he sufrido ampollas, pero siempre cercanas a la zona del dedo gordo; en la planta esta era la primera vez. Por supuesto, su aparición se debía a tener los pies mojados de tanto charco que había pisado al prinicipio, no a llevar mala equipación: unos calcetines ASICS DS Trainer, provistos de NanoGlide, material pensado para evitar la aparición de ampollas y rozamientos. Las zapatillas, las magníficas ASICS Skyspeed 3, calzado mixto para competición/entrenamiento, de sólo 283 gramos de peso, ideal para una competición larga como la maratón, a no ser que peses más de 75 kgs, y el ritmo vaya a ser lento, por encima de 4:30 el km. 


Las flamantes Skyspeed 3


En esos momentos pensé que sería terrible tener que retirarse por culpa de la ampolla. La verdad es que por fortuna, pronto olvidé ese pensamiento negativo (eso sí, poco después de cruzar la meta, en cuanto di un par de pasos, noté unos dolores lacerantes en las plantas de los pies, causados por sendas ampollas de notable calibre).

Pocos kilómetros después, paso por la media maratón. Planeaba hacerlo en 1:30:38, pero hace un rato que me ha pasado la liebre de media maratón en 1:30:00; mi tiempo es 1:32:23. No es bueno, puesto que doblando me pondría en más de 3:04, con lo que ni siquiera lograría marca personal. Pero no estoy corriendo cómodo, la verdad, algo no funciona como debería.

Mi paso por la media maratón (foto JJ Vico)

Saliendo ya de la zona del canal olímpico - en la que sufro un percance, una voluntaria seguramente poco experta en estas lides no me sirve el botellín de agua, y me veo obligado a pedirle a otro corredor, para poder digerir el gel que me acabo de administrar -, se pone a mi altura un atleta - Eric Llauradó, luego hablaré de él - y aprovecho para preguntarle si no ha notado nada raro en el kilometraje, ya que me parece que el parcial hasta el 22 me ha salido fatal. Me contesta que no lo sabe, porque no lleva GPS, y sigue su camino, adelantándome. 

Un trecho después, entre mi esfuerzo y que este hombre ha bajado su ritmo en un avituallamiento, me pongo a su altura. Nos presentamos y charlamos, intercambiando impresiones. Es su primera maratón, a sus 27 años, y está corriendo con la camiseta en una mano; me temo que ha sido víctima del olvido de aplicación de vaselina (yo tambíen la olvidé, por cierto, pero llevaba dos tiritas cruzadas sobre cada pezón. El único daño que sufrí fue la sempiterna quemadura de la cara interna del bíceps izquierdo).

Seguimos juntos, tomando yo la iniciativa del paso. Cazamos a un par de corredores con la llamativa camiseta del C.A. Running Catalunya; uno de ellos es Pedro López Alvarez (categoría Senior, otro joven), al que conozco de otros maratones. Tiene un 2:57 en Barcelona 2011, no está nada mal. Aquí se nota que está sufriendo, y la verdad es que lo debió pasar muy mal: acabó en 3:18, después de haber pasado la media en 1:31. Saludamos y le comunicamos la intención de intentar 3:05. Nos animan, y para allá vamos. Por cierto que de vez en cuando me he ido cruzando con el amigo Marc Cornet, que me ha animado mucho. Él ha ido a hacer una maratón cómoda por debajo de 4 horas, y lo ha conseguido. Pero madre mía, estar corriendo casi 4 horas con el calor que hacía... Me resulta difícil de imaginar, porque el mayor tiempo que yo he estado corriendo seguido en mi vida han sido exactamente 3 horas 30 minutos y 3 segundos, la marca que consegúi en mi primer maratón ( y estricamente hablando no fueren seguidos, ya que me detuve dos veces a orinar, fruto de los nervios, la inexperiencia y la sobrehidratación). Molt bé, Marc!

Volviendo a Eric y a mí, la verdad es que estamos lejos de firmar 3:05; los parciales se están poniendo a más de 4:30; así es imposible remontar. Le voy preguntando a Eric cómo va de pulsaciones, y la verdad es que está bien, alrededor de 170, lo que teniendo en cuenta su edad es un dato bueno. Las mías ni las sé, porque el pulsímetro eligió, como suele suceder, un día clave para hacer el tonto y no ofrecer datos correctos. Al cabo de unos kms, le comento a Eric que intente tirar de mí, para apretar un poco. No puede, tiene problemas en los femorales. Bromeo y le ofrezco cambiarle una pierna mía por un pulmón suyo. Porque la verdad es que no estoy teniendo problemas musculares, sino más bien "aeróbicos": no puedo incrementar el ritmo, no hay manera. Pronto no podré ni mantenerlo...

... Pasado el km 32 le digo a Eric que no se preocupe, que no nos daremos contra el muro, porque estamos aguantando bien. Ingenuo de mí... EN el siguiente avituallamiento, en el 35, Eric se queda - me comentó que no estaba acostumbrado a beber mientras corre - y yo decido seguir adelante sin él. Estoy en ritmos penosos de 4:45 /km, deseando desde ahce kilómetros que se acaba ya de una puñetera vez. Es la primera vez que me sucede esto en el Maratón del Mediterráneo; en mis 3 participaciones anteriores siempre mi segunda mitad de maratón era prácticamente igual de rápida, incluso más, que la primera. Pero no sólo eso, sino lo que es más importante: llegaba al final pletórico de fuerza, mental y física. Hoy aquí estoy arrastrando el mazazo psicológico de estar corriendo sin posibilidad de luchar por la marca, y me noto débil, derrotado. 

En cuanto llego al puente de entrada al canal olímpico, no siento la euforia de otros años. Acabo de pasar a un corredor joven que está siendo víctima desde hace kms de problemas en los gemelos. Corre y se para, alternativamente. Entro en el canal, km 40, clamo por una bebida isotónica, que no hay. Terrible. A pesar del calor, siento frío y tengo la piel de gallina. Debe ser deshidratación, hipoglucemia, o vete a saber qué. Qué desastre. Otros años entraba aquí de manera imperial, y me ponía a pasar a todo corredor que veía en el horizonte entre mí y la meta. Y los 200 metros finales de 2011, a 3:54 /km. Y en cambio, ahora me adelanta Anna Riera, que será la vencedora femenina de la prueba. El año pasado también lo fue, con la "pequeña" diferencia de que le saqué casi 6 minutos de ventaja, y esta vez ella me sacará a mí 36 segundos. Aún tengo las fuerzas para bromear y afearle su conducta de adelantarme tan cerca de la meta, y de paso despotricar ocntra la organización, representada por el inocente muchacho que sigue a Anna en bici, con el rótulo de un "1" que indica la cabeza de carrera en categoría femenina del maratón.

Por fin llego a la mitad del canal, y desde allí no para de girarme una y otra vez, rogando que nadie me pase. Ya que no consigo marca, al menos quedar bien en la clasificación. Veo que Eric cada vez está más cerca, y pienso: "espero que este novato, que parece buen tío, tenga la decencia de no pasarme en meta y fastidiarme la foto. A mí, que le he hecho de liebre un buen rato y tan buenos consejos le he dado!". No, no me alcanza, aunque en la clasificación me precede por mejor tiempo real (tomó la salida detrás de mí).



Y ahí entro en meta, absolutamente destrozado, y detrás viene mi recién conocido Eric, sonriente y feliz. No es para menos, acabar tu primera maratón en poco más de 3:11, por joven que se sea, no está al alcance de cualquiera, no señor. Volviendo a mí, firmo 3:11:36, mi peor resultado en la Maratón del Mediterráneo. Ni siquiera me entero de que el speaker saluda mi entrada con un sonoro: "Entra l'atleta solidari, Antoni Baltar", aludiendo a mi colaboración con Real Dreams.




Llega el momento del análisis. Podría decir que han jugado en mi contra tanto elementos externos como internos. Vayamos a ello:

ELEMENTOS EXTERNOS

* Climatología: temperatura y humedad más elevadas de lo previsto. Sol. Rachas de viento.

* Circuito: muy mal señalado, lo que impedía el ajuste de los ritmos

* Avituallamiento: falta de bebida isotónica en puntos clave del recorrido

* Suplementación: queda la duda si ha sido buena idea la pastilla de 300 mgs de cafeína antes de la competición. También puedo dudar de los geles, reforzados con cafeína además, aunque GU Energy tiene muy buena prensa. Pero en algún lugar he leído que a partir de ciertos kilómetros, el chute de glucosa puede provocar una descarga de insulina cuya efecto sea el contrario al deseado, es decir, entrar en una "pájara".

* Pulsómetro: durante toda la carrera daba mediciones con resultados obviamente erróneos, por lo que me faltaba la medida de lo bien o mal que me encontraba en cada momento



Detalle de mi rostro tras llegar a meta. Me encontraba fatal



ELEMENTOS INTERNOS

* Estrategia: los resultados en las competiciones previas ( 10 km Mercè, 1/2 Maratón Sant Cugat) hacían presagiar una marca entre 3:06 y 3:10). Es probable que el plan más inteligente hubiera sido renunciar a buscar marca personal y salir a un ritmo de 4:26 /km, para aumentarlo si la cosa iba bien. Una maratón es demasiado dura y requiere de demasiado tiempo de preparació como para luego no disfrutar de ella.

* Mentalización: estaba tan seguro de que haría un día lluvioso, que me preparé mentalmente para una carrera épica contra los elementos. Sí, pero me preparé sólo para lso elementos "oscuros", no para un sol insistente ni tanto calor.

* "Sensibilidad": si falla el pulsómetro y la medición de los kms, debe funcionar el instinto, la sensación de lo bien o mal que están dándose las cosas. Me faltó percibir que me encontraba mal, que nunca sería posible la progresión del ritmo, que me estaba hundiendo. Ingenuamente pensé que había vencido al muro, pero me dí con él de lleno.

Sin fuerzas para posar dignamente


En fin, ahora ya a pensar en la siguiente maratón, Barcelona 2013. Quizás ya pueda hacer el primer asalto en toda regla al sub 3 horas. Ya se verá. Lo que sí que tengo claro es que en las 2 últimas maratones he acabado muy mal física y moralmente. Y eso no puede ser. , Un deporte tan duro como este debe disfrutarse. Que después de 16 semanas de entrenamiento, más la competición en sí, no acabes contento no es bueno.  Así que en la siguiente maratón, caiga la marca que caiga, quiero pasarlo bien y llegar entero al final. Porque la verdad es que de mis 9 maratones, sólo he disfrutado de verdad en 4. Y eso es muy poco...

Levanto los brazos...


En las maratones de Barcelona, la verdad es que sólo gocé a tope de la primera, de 2008, precisamente por ser la primera. Porque en la siguiente lo pasé fatal. En la de 2010 conseguí marca, pero tuve que "esprintar" en la recta de meta, porque solamente mejoré 8". En 2011, la primera decepcoción de no lograr marca. Y en 2012, sufrimiento total.

Y por fin, abro los ojos!

Y de los maratones del Mediterráneo, había disfrutado de todos y cada uno de ellos. No sólo siempre lograba marca personal, sino que encima acababa pletórico, fuerte y con muy buenas sensaciones. Y esta vez he acabado hecho un guiñapo. Así que el siguiente, DE VERDAD, a disfrutar. Además estoy convencido de que al menos marca lograré :-)




Ah, hablando de marcas: Estos 3:11:36 logrados ahora suponen, como comentaba más arriba, mi peor marca en Mediterráneo. Pero atención, en 2009 mi tiempo fue 3:11:22, que me situó en el 33º lugar de la clasificación general ( sobre un total de 217 maratonianos) y el 8º de mi categoría de edad. En esta ocasión, una marca muy parecida - sólo 14" peor - me sirve para colocarme el 17º de la general ( de 240 atletas) y el 4º de mi categoría de edad, en la que por cierto, soy de los más veteranos, a mis 49 años (la categoría va de 41 a 50). Así que puedo concluir que esta maratón ha sido más dura que en 2009, o que el nivel de los participantes ha bajado. Me inclino sinceramente por la primera hipótesis...






Con Roberto de Real Dreams, quie tuvo la amabilidad de esperarme en meta para hacerme entrega de unos obsequios