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domingo, 18 de diciembre de 2022

Medalla de Bronce en el Campionat de Catalunya de Mitja Marató M55

 (Mitja Marató de Lleida,  20 de noviembre de 2.022)




Lamento tener tan abandonado mi blog. No escribía en él desde la crónica en tres entregas de la Marató d'Empúries, que se celebró en octubre del año pasado, y no publiqué hasta marzo. Me temo que, de alguna manera, Strava es ahora la ventana desde la que me asomo públicamente. También he dejado de colgar desde hace mucho tiempo mis entrenos en RunningAHEAD, aunque sigo usando sus herramientas, principalmente la del generador de rutas (para comprobar las distancias). Creo que debo remediar ambas cosas, el abandono del blog y de mi habitual sitio de guardar entrenos (ahora lo hago en Strava, la app de Suunto y en V.O2, tampoco se puede decir que sea pereza).

Hoy me pongo manos a la obra en el blog, ya el día después de la carrera que voy a narrar, eso es buen síntoma. Pero claro, como ha pasado tanto tiempo, me veo obligado a contar todo lo sucedido desde octubre 2021... Y eso vamos a hacer, intentando no extendernos demasiado, antes de afrontar la crónica de cómo he conseguido cumplir mi objetivo deportivo principal de 2022.

Bien, como comentaba al final de la crónica de mi exitoso maratón de 2021, estaba aquejado de fascitis plantar desde entonces. A final de abril me dieron el alta y pude empezar de nuevo a correr. El primer dorsal me lo puse ya en mayo, corriendo la breakfast Run de la Marató de Barcelona. Y en esa primavera-verano participé en algunas carreras de 5k y 10k, sufriendo físicamente por las altísimas temperaturas a que estábamos sometidos, y mentalmente por las marcas tan alejadas de aquellas a las que estaba acostumbrado. Pero en el horizonte por fin apareció un objetivo ilusionante: se convocaba, y no se hacía desde 2018, el Campeonato de Catalunya de Media Maratón, a celebrarse en Lleida el 20 de noviembre.

Con Francisco Díaz Plata, atleta federado que no se pierde un campeonato. Quedo segundo en la categoría M65 (foto de Paula Martínez Veiga)



Como sabéis, raramente entreno específicamente para medio maratón; normalmente los corro dentro de un ciclo de maratón, siguiendo el plan de la prueba reina. Creo recordar que curiosamente, cuando me proclamé subcampeón de Catalunya de mi categoría en 2018, sí que esa vez como excepción hice entreno específico de Media. Diría que no es un plan que difiera mucho del de maratón, excepto en un tema importante: la distancia de la tirada larga. En un ciclo de media maratón, tiradas de 20-24 km son suficientes, y se pueden alternar con alguna competición de 5k-10k. En cambio, para maratón, en los ritmos en los que aún me muevo, tengo casi como dogma de fe que hay que incluir en el ciclo al menos 3 tiradas de 30k, y mejor aún si alguna de ellas se va a los 32-34 k. Existen datos y análisis que demuestran que para marcas alrededor de 3h o menos, los atletas que han logrado la marca objetivo han incluido al menos 3 tiradas de 30k. Me vais a permitir que no cite la referencia exacta, porque no la recuerdo ni guardé el link.

El caso es que, aunque mi objetivo en 2022 iba a ser lograr medalla , a ser posible dorada, en el medio maratón catalán, se me ocurrió planear lo siguiente: puesto que a mí me gusta más el ciclo de entreno de maratón que el de medio maratón,  quise ver si habría algún maratón de 3 a 5 semanas después de la Mitja de Lleida. Si así fuera, el medio maratón podría hacer las veces del que se corre a tope como test para estimar la marca posible en maratón. Ideal que fuera alguna ciudad que no conociéramos, y así preparar un mini-viaje familiar, como "compensación" de que en verano no fuimos a ningún sitio. San Sebastián era justo la semana después, no valía, y además ya corrí ese maratón (que lo repetiré, y seguramente antes de correr la mítica Behobia, que cada vez me atrae menos dada su masificación). Valencia, 2 semanas después. Maratón que no he corrido, pero masivo, y ciudad que ya he visitado en ocasiones.¡ Lanzarote! También a sólo 2 semanas, es quizás demasiado justo si se ha corrido la media a tope, pero atrae, sería un viaje pseudo-exótico, con dos grandes ventajas: se corre en sábado, lo que aporta un día extra post-maratón, y además está antes de la semana con los festivos 6-8 de diciembre, así que cogiendo solamente un par de días de fiesta se podía montar una estancia de 7 días, 5 de ellos post-maratón, o quizás de 10 días, guau!, cogiendo 3 días. Finalmente, como ideal deportivo, a 3 semanas de diferencia, Málaga, maratón que se ha promocionado mucho en medios últimamente (Y Málaga ha sido el elegido, y cuando lo corra ya hablaremos de él).

Total, que llegué a Lleida con un buena tarjeta de presentación, puesto que en el ciclo de 20 semanas (siendo Lleida la 17ª), había incluido:

* 3 Medias corridas a tope (Sabadell, Maresme, Vendrell)
* 4 Tiradas largas de al menos 30k ( 2 de 30k, 1 de 32k, 1 de 34k)
* 2 Fast Finish de 28k

El único pero a esta estrategia es que las tiradas largas de >30k dejan las piernas bastante cansadas, y de hecho así me sentía después del domingo anterior a la Mitja de Lleida, en que corrí el 34k. Por ello, la semana de competición incluí 3 días de descanso total, en vez del único que hago habitualmente. 

Con mi compañero de club el atleta de élite Dmitrijs Serjogins, que acabó campeón absoluto (foto de Paula Martínez Veiga)



Llegamos a Lleida en un viaje rápido y cómodo el sábado al mediodía. Hace frío, pero menos del que esperaba. Como saben mis lectores, soy un obsesionado de las condiciones meteorológicas para competir o entrenar, en particular del combo temperatura/humedad. Viendo el parte meteorológico, temía que las condiciones fueran "demasiado buenas". Es decir, que hiciera demasiado frío, y me perjudicara el hecho de no estar preparado para eso cambio brusco, después de tantos meses entrenando/compitiendo en el "caldo" barcelonés.

Después de comer el sábado estoy descansando en el hotel, y mi amigo Cristian me pasa una lista de participantes, incompleta, que ha publicado la Federació Catalana d'Atletisme. Entro en la web y consigo ver la lista completa de todas las categorías. Eso está muy bien, porque la mayoría de las veces en los campeonatos de Catalunya en ruta, vas " a ciegas". Es decir, sales sin saber quiénes son tus rivales, ni cuántos tendrás. En el campeonato de España de Maratón de Palma, 2017, descubrí que en las competiciones de la Federación Española, hay que lucir un dorsal en la espalda, con indicación de la categoría, para poder identificar a los rivales. Esto debería implantarse inmediatamente en Catalunya, lo veo sencillo y barato de realizar, pero voy a esperar sentado a que lo hagan...

Bueno, es una avance publicar los participantes. No lo esperaba, así que Cristian me ha salvado con su información. Así que me dedico por la tarde a investigar a los atletas de la categoría M55. Sólo incluyen nombre, club y fecha de nacimiento, no marcas acreditadas (cosa que sí hace la RFEA). Así que me toca trabajar con Google. De inmediato, descarto poder colgarme el oro. Hay un atleta, Sancho Ayala, que corrió la Mitja Marató de Barcelona de este año en 1:12:24. Es una auténtica barbaridad, una marca estratosférica, para un individuo de 55 años. Ya es buena para cualquier atleta, Seguramente no he competido con él antes porque debe ser de la zona de Ponent, y no se acerca a la costa. Menos mal! :-) Veamos cuán cara está la plata. Me temo que también habrá que descartarla, ya que encuentro a Josep Llevadot, también probablemente atleta local, pues le encuentro en varias participaciones anteriores en esta Mitja. Sin ir más lejos, 1:20:40. Y sigo investigando, llegando a otro posible rival. Este es David Cester. Veo que tiene 1:37: en la Mitja de Barcelona de este año, 20:24 en el Campeonato de Catalunya de 5000, también en 2022,  41:22 en el 10000. En mis mejores momentos este hombre no debería ser rival, pero ahora... Podría suponer un peligro. Porque  puede haber mejorado la marca de la Mitja desde febrero. 

Un par de progresiones poco antes de darse la salida (video de Paula Martínez Veiga)


Acabado mi análisis y búsqueda de rivales, veo que podría conseguir la medalla de bronce, pero que no puedo confiarme, habré de exprimirme al máximo. ¿ A qué ritmo salir? Mi última referencia es la Mitja de Vendrell, donde firmé 1:34.13, en un recorrido totalmente llano. El de Lleida no lo conozco, pero sospecho que llano no será. Además, el último tramo si sé que es una subidita en sus último km. Eso sí, esta vez no habrá handicap por temperatura/humedad, las condiciones serán ideales. Hago muchos cálculos, sobre las mejoras que consigo de un media maratón a otro, en este caso separados por 3 semanas. Finalmente, pienso que igualar o mejorar ligeramente la marca de Vendrell sería un muy buen resultado, dada la diferencia de recorrido. Eso es un ritmo de 4:28 /km. La misma semana , el martes, hice una tempo run de 6 km a 4:24, y el pulso parecía estar en orden.

Calentando antes de la salida (foto de Carlos San Pedro)

La salida se va a dar a las 10:00 de la mañana. Algo tarde para lo que estoy habituado, pero sin duda la idea es evitar el frío. Me hubiera gustado salir antes a pesar de todo, porque he pasado mala noche, he dormido muy poco, aunque sé que eso en carrera no me va a afectar para nada. El día es magnífico, fresco pero no gélido, soleado, y humedad baja (la ventaja de correr en el interior en lugar del litoral). Veo que no necesitaré correr con guantes, ni siquiera con unos desechables para el primer km. Si decido en cambio correr con manguitos; la sensación de tirantez me es agradable. Además, como buen fetichista, recuerdo que cuando quedé subcampeón de Catalunya M55 corrí con ellos. Lo que sí me va a fallar es el GPS: lleva días que no consigue conectarse. Hoy me habría hecho bastante falta, porque al no conocer el circuito la única indicación que tendré de mi ritmo es el paso por cada punto kilométrico (por suerte, estaban todos muy bien señalados y eran perfectamente visibles). Tampoco me gusta que me quedaré sin el recuerdo del track.

Saldré del primer cajón, para evitar sorpresas. En otros campeonatos de Catalunya los federados tomamos la salida delante de los populares. Aquí la organización no tenía eso previsto; se lo pregunté y me reconocieron que no habían caído en la cuenta. Es un detalle importante, porque en el campeonato el tiempo que cuenta es el oficial, no el real. Podrías llevarte el chasco de ganar a un rival en tiempo real, pero si él entra en meta antes te ha ganado. Como la organización no me daba respuesta ni era necesario acreditar marca, me inscribí en el primer cajón, previsto para marcas sub 1:12 masculinas y sub 1:22 femeninas. No importaba, tenía decidido ser prudente y salir de un lado, para no estorbar a los atletas más rápidos. Ah, lo que si hizo la organización fue tener en cuenta una sugerencia mía, y es distinguir a los atletas federados con una senyera en su dorsal (esto lo había visto en el campeonato de Catalunya de 10k en ruta, Martorell 2017).

Bueno, deseo suerte a mis compañeros de club Dmitrijs Serjogins y José Luis Cruz, y allá vamos. 

Primeros metros (foto de Genaro Massot)

El primer km sale muy rápido, a 4:17, en parte por la inercia de salir de tan adelante, pero sobre todo porque se trata de una bajada muy pronunciada. En el segundo km ya me pasará la liebre sub 1:30 y su séquito. Ahí identifico al atleta candidato para la medalla de plata de mi categoría. Me pongo detrás, pero enseguida veo que el ritmo es demasiado vivo y le dejo irse. menos mal que tomé esa decisión rápidamente, este hombre acabó en 1:26.34, muy lejos de mi alcance. Quizás hubiera podido disputarle la medalla en mi estado de forma del prepandémico marzo de 2020, pero desde luego no hoy. Regulo del 1 al 2, a 4:23, y ya más entre el 3 y el 4. Del 4 al 5 se complica un poco el recorrido, en subida, y eso me lleva finalmente a alcanzar el km 5 en 22:44. Del 4 al 5 he ido demasiado lento. Tanto que a mis espaldas me llega un ruido reconocible, pisadas en grupo. Sin necesidad de girarme soy consciente de lo que está pasando: me pisan los talones la liebre sub 1:35 y su barqueta.


Primer km (foto de Carlos San Pedro)


Alguna vez he hablado de lo que llamo "liebre negativa". Digamos que las liebres tienen como objetivo marcar un ritmo, y tú la sigues. Pero claro, en cualquier momento te puedes descolgar. no son pocas las liebres que llegan solas a meta, porque nadie del grupo con el que partían ha sido capaz de seguir ese ritmo objetivo. Hay otra posibilidad, y es la motivación de que no te pille por detrás una liebre. Creo bastante en esto, porque si hay una forma de definir velocidad máxima, sería "la velocidad a la que corres para salvar la vida, cuando te persigue un felino salvaje. Bueno, pues a mí que no me pille la liebre de un ritmo me funciona como motivación, ya lo creo. No pienso firmar una marca peor que 1:35, así que rápidamente espabilo. El pulso sigue controlado, alrededor de 160 ppm, que es mi medida de referencia, al menos hasta llegar al km 15. 

Al fondo el grupo de la liebre 1:35. Ya me voy despegando ( foto de Carlos San Pedro)


Aprovechando que el perfil es llano, me doy caña y cubro este tramo del 5 al 10 con un parcial fantástico, de 20:53, o sea, a 4:10 el km, con el pulso entre 159 y 161, lo cual es correcto. Por tanto, llego al km 10 en 43:37. Está muy bien, ya que un rápido cálculo me hace ver que no tendría problemas para mejorar la marca de Vendrell. Me tranquiliza que ya no oigo esas pisadas amenazantes de la jauría sub 1:35. Controlada pues la amenaza, intento cuadrar a partir de entonces mis parciales a un ritmo de aproximadamente 4:24-4:25, con el que se mejoraría la marca de Vendrell. 



Mi paso por el control del km 10. He corrido un buen tramo, y aún habrá más, con los corredores que me flanquean en este momento (foto de Tito Doles)


Ah, en este punto debo decir que me molesta bastante, y es algo que no acabo de entender, que habiendo espacio suficiente para correr, la gente tenga la manía de pegarse al lado de uno, incomodando. Por suerte supe controlar mi temperamento, y no le eché gritos al atleta de negro que veis en la foto de arriba. Entiendo mucho más, y es aconsejable incluso, pegarse detrás de alguien para protegerse del viento, y si eres legal, luego darás el relevo. En muchas carreras, también en esta lo hice, si alguien va a mi ritmo le indico que se me pegue detrás. Más tarde, si lo necesito, pediré el relevo. Pero lo dicho, empeñarse en correr codo a codo con otro atleta, incluso estorbándole, no tiene ningún sentido.

Los kms del 10 al 15 son bastante regulares, excepto entre el 13 y el 14, que lo cubrí en 4:35. El parcial de estos 5k es de 22:08 ( 4:26 el km). No es exactamente lo que buscaba, pero es aceptable. Y justo al pasar el control del km 15, ¡sorpresa! No le conocía en persona, pero por la camiseta de club que lleva y su aspecto, reconozco al que identifiqué como posible rival para la medalla de bronce. Claro, he corrido hasta aquí olvidándome de él, queriendo asumir que yo iría ganando, porque él hizo 1:37 en Barcelona, y olvidé mi propia conclusión, de que en 9 meses las marcas pueden mejorar ostensiblemente. Pues ahí le tenemos. Repasando luego los parciales, he visto que llegó al km 5 en 22:24, y al km 10 en 43:18. Por tanto, en el km 5 me estaba sacando 20", y en el km 10 me aventajaba en 19". Pero claro, esto no lo sabía en plena carrera...

Lo que deduje rápidamente es: yo he salido de primera linea, el por detrás, y en algún momento, pronto o tarde, me ha adelantado. Si ahora le doy alcance es porque está bajando el ritmo. Mi primera tentación es ponerme detrás de él, regular y darle un hachazo final a falta de 400 metros o menos. Pero descarto esa estrategia casi de inmediato, porque pienso: cuidado, este tío es más delgado, es fino, y es probable que actualmente me gane en un 5k y en 10k. A ver si resulta que luego se rehace y el hachazo me lo da el a mí... Además, no va con mi estilo el especular. Así que me digo,  recordando esas finales de campeonatos del mundo de maratón y los duelos Martín Fiz - Abel Antón, que aquí yo soy Fiz y no puedo esperar al final, tengo que escaparme ya.

Y así lo decido, y pienso en poner una marchita más, forzando un poco el pulso si es necesario. El siguiente parcial me sale en 4:24, bien,  cruzando el Segre, es un bonito tramo. Me ha gustado el recorrido, la verdad. No es del todo llano, pero tampoco es un rompe piernas tipo Terrassa, Sant Cugat, o Igualada, y me ha gustado la variedad visual. Que sea un circuito a una vuelta es fantástico, es lo deseable. Los dos siguientes no tan buenos, a 4:26, pero no está nada mal. Recupero en el siguiente, que cubro en 4:23. A partir de aquí habrá que saber sufrir, porque al salir de la Rambla vamos a ir en subida hasta el final, sobre todo a partir del km 20 hasta la meta. 

En la Rambla de Ferran, entre el km 18 y el 19 ( foto de Genaro Massot)

Esta tramo esta el final de la Rambla he ido muy concentrado en dos cosas: la primera, vencer la tentación de girarme para comprobar la distancia que le sacaba a mi rival por el bronce. No quería darle pistas. Es muy posible que no me conociera, pero siendo un competidor federado habitual siempre cabe la posibilidad que, como yo, haya consultado la lista de inscritos y haya visto que en su categoría había un atleta de La Sansi. Y nuestra camiseta es llamativa, además de muy bonita, así que podría haberme identificado. La segunda, ya que no tenía referencia de mi ritmo más que al paso de cada kilómetro, no permitir que el pulso bajara. 

Conseguí las dos cosas, no girarme,  aunque sí que en el giro de 180 grados en la Rambla aproveché para echar un vistazo general, pero no ví a mi "amenaza",  y subir el pulso ligeramente. Hasta el km 15, en que dí caza a mi adversario, el pulso no había pasado de 161. Desde el 15 hasta el final de la Rambla (km 19), lo he llevado hasta 163. 

Ahora giraremos para iniciar el ascenso por Príncep de Viana , la avenida donde está la estación del AVE, y luego otro giro para proseguir con la subida en su tramo más duro, el Gran Passeig de Ronda. Lleida es una ciudad muy grande, no recordaba eso, pero es que yo no venía aquí desde los 80's, y fueron unas cuentas veces. Pero era mi época de músico, y no salía del centro histórico y de los locales dónde actué. Aquí recuerdo con cariño un artículo en la prensa de Lleida, lástima no haberlo guardado, en el que el periodista que nos entrevistó describió al principio del artículo  su llegada a nuestras habitaciones del hotel con estas palabras : "llits desfets, noies maques" ("Camas deshechas, chicas guapas"). Mola, me recordaba, pero en mucho más guay, a aquello de "copas vacías, ceniceros llenos" que creo decía el gran Tom Waits en alguna canción.

Subiendo por el Gran Passeig de Ronda, último km (foto de Carlos San Pedro)

Ahora ya no tengo ni tentación de girarme, sé que lo voy a conseguir. Me giraré muy a gusto una vez haya cruzado la meta. Le pregunto al atleta de al lado si la subida es hasta el final, y me lo confirma. Esta información me la había dado antes de la carrera el atleta liebre para sub 1:20. El pulso estaba a 164 al cruzar el km 20. Ya se puede descontrolar, que estamos llegando. Habrá un último giro, y luego una larga recta (la carretera de Tarragona), 200 metros o más, hasta la meta. Es una pena que olvidé pulsar el lap del reloj para ver mi tiempo de los últimos 97.5 metros. mantuve las fuerzas suficientes para entrar al sprint. El ritmo final debió ser bueno, porque del 20 a meta fuí a ritmo promedio de 4:22. Teniendo en cuenta que de esos 1,1 km al menos 800 eran en una subida importante, es todo un ritmazo.

Cruzando la meta (foto de Genaro Massot)


Cruzo la meta muy contento, ya que no me he visto amenazado en ningún momento por el atleta con el que presumía que me disputaba el metal, y por la marca, 1:32:50, pulverizando el registro de la Mitja de Vendrell ( 1:34:13) de tres semanas antes, en un recorrido muchísimo más difícil. Ahora ya me puedo girar tranquilamente, espero unos instantes pero mi rival aún no llega. Luego comprobaré que le saqué 43" oficiales de ventaja (34" reales, porque salió por detrás de mí). En fin, ahora hay que esperar que la Federación publique los resultados oficiales, que siempre tardan más que los de la carrera popular ( que son casi instantáneos). Así que me voy al trote al hotel, que está apenas a 800 metros, a ducharme y esperar a que se confirme mi medalla. 

Feliz, aunque el rostro refleja mi esfuerzo (foto de Genaro Massot)


Vuelvo tras la ducha y el batido recuperador, y me voy a la carpa de Championchip a ver si tienen ya la información. Y sí, ahí está, y se confirma mi medalla:

Lista de los primeros 40 atletas federados. Esta vez el chocolate, la medalla amarga, no es para mí ;-) 

Como era de esperar, marcón impresionante del campeón de la M55, que se ha visto superado por mi compañero de club José Luis Cruz, por apenas 12". Pero es que José Luis se ha proclamando campeón de la M40! Valga eso para poner en valor la extraordinaria marca de Sancho Ayala, atleta del Avinent Manresa. Segundo puesto para Josep Llevadot, del A.A. Xatafolls, club que ha aportado un buen y numeroso grupo de atletas. Y tercero, servidor de ustedes.

Es una medalla de bronce que me sabe a oro, la verdad. Por la manera en que la he conseguido, luchando mucho, y compitiendo realmente desde el km 15, en el que me las he visto con un rival directo con cara y ojos. No ha sido como otras tantas carreras, en que tratas de hacerlo lo mejor posible, pero no tienes referencia alguna. Aquí las tenía, y me han servido para dar lo mejor de mí. Esta medalla tiene infinitamente más valor, para mí, que la plata conseguida en la anterior edición de este campeonato, en 2018. 

Y ya tengo un aliciente para 2023 o 2024, cuando compita en la M60. El campeón de esta categoría ha sido un viejo conocido, gran corredor veterano en pista y ruta corta, que me condenó al chocolate en el campeonato de Catalunya de 10k en 2020. No creo que sea tan buen corredor de medias, aunque me ha sacado este año casi 2 minutos. Yo creo que le puedo ganar en esta distancia, y lo intentaré, ¡por supuesto! 

Momento en el que me cuelgan la medalla de bronce (foto de Genaro Massot)



Foto de cercanía del podio M55 (foto de Genaro Massot)



Con mis compañeros de La Sansi Dmitrijs Serjogins, campeón absoluto, y José Luis Cruz, campeón de la categoría M-40