Alión: Mi vino favorito, por definición. Lo probé por primera vez en el restaurante Arzak, en versión mágnum – no recuerdo la añada - junto a 3 amigos. Este vino nació para ser el “vino de consumo” de las bodegas de Vega Sicilia – cuyos productos estrella son el Único y el Valbuena 5º año -, y mira por donde, les salió un vinazo. Según ellos mismos declaran, su mejor añada hasta la fecha es la de 1999; soy el afortunado poseedor de 2 ejemplares de la misma :-). Uno de ellos está bien guardado en una bodega de Palencia, en casa del suegro de mi amigo S. C., que en un exceso de celo no me deja publicar ni siquiera su nombre de pila. Esta botella aguarda para ser descorchada a cierta ocasión especial, ya decidida, la mayoría de edad de mi hija mayor, que nació en 1999. La otra botella la tengo en casa, y habrá que inventarse YA un buen motivo para abrirla.

Finca Valpiedra: mi rioja favorito, que sólo existe en versión reserva. Me fue recomendado hace ya más de 10 años por el sommelier del restaurante Gaig, y en este tiempo el único cambio que ha experimentado ha sido la etiqueta, pues la calidad de cada una de sus añadas permanece intacta. Aún me quedan un par de botellas de la 2001, una de las más celebradas. Pero cualquiera de las añadas de este caldo resulta excelente, os lo aseguro. Y aquí aprovecho para decirle a los profanos que no se obsesionen con la calificación genérica que se publica de la calidad de las cosechas; siempre será mejor un rioja elaborado por una buena bodega, de un año calificado como “regular” o simplemente “bueno”, que un vino de una bodega mediocre, pero que proceda de 2001 ó 2004, cosechas de rioja calificadas como “excelentes”.

Guitián fermentado sobre lías: mi vino blanco favorito, gracias a ese particular sabor de la uva godello con el que está realizado. Resulta insuperable para acompañar una mariscada. Son muy buenas también las versiones estándar y la de crianza en roble, pero si he de elegir uno, me quedo con el Guitián fermentado sobre lías por su relación calidad/precio, y por su “algo más” respecto al Guitián estándar. El Guitián con crianza y fermentado en barrica es muy bueno, pero excesivamente caro para mi gusto. Serán manías mías, pero eso de pagar 18 € por un blanco no acaba de convencerme… Oh, no puedo dejar de mencionar su preciosa etiqueta, que me recuerda al estilo de los carteles políticos de la Segunda República.


Chivite colección 125: Este es sin duda uno de los grandes tintos de España, fantástico vino aterciopelado, suave, con un agradable postgusto y que, ya desde el primer sorbo, transmite la sensación de que te “enfrentas” a algo grande. Me lo descubrió S.C., el amigo mencionado antes que me honra guardando mi Alión 1999 en la bodega de su suegro.
Laderas de El Sequé: probablemente el vino de mejor calidad/precio de la península, junto al Juan Gil de Cepas Viejas y algún Borsao. Es prácticamente imposible encontrar tanta calidad, ya a finales de la primera década del siglo XXI, por apenas 5 €. Se trata de un magnífico vino joven de Alicante. Su hermano mayor en cambio, El Sequé, me decepcionó muchísimo.


Basa: gran relación calidad/precio para este vino blanco elaborado por el enólogo Telmo Rodríguez, cuyo nombre es garantía de excelencia e inmejorable relación calidad/precio. Telmo trabaja en distintas denominaciones de origen con extraordinarios resultados. El que nos ocupa, Basa, es un vino muy agradable de D.O. Rueda, y obviamente elaborado con uva verdejo - la uva por antonomasia de esta Denominación de Origen - acompañada de viura y sauvignon blanc. Otros grandes vinos de la Compañía de Vinos Telmo Rodríguez son el Gaba do Xil Godello (D.O. Valdeorras), Viña 105 (D.O. Cigales), Dehesa Gago (D.O. Toro) y Gazur (D.O. Ribera de Duero), entre otros.
Juan Gil de Cepas Viejas: el vino que le disputa al Laderas de El Sequé, en mi opinión, el título de vino de mejor relación calidad/precio de la península. Este gran caldo, del que prefiero la presente versión, con breve crianza, que el Juan Gil crianza, es un monovarietal de uva Monastrell, muy utilizada en la región de Jumilla. Lo beberás y no lo olvidarás…

San Vicente: otro nombre con mayúsculas en el panorama ibérico. Estamos ante un gran vino de guarda, que tiene todo lo que se le puede exigir a un gran reserva de Rioja, incluido, lamentablemente, un elevado precio. Me lo descubrió, como no, mi querido S.C…
Terras Gauda: un Rías Baixas con su imprescindible albariño, y también algo de loureiro y caiño blanco. Uno de los vinos gallegos más prestigiosos, referencia obligada de la D.O. Rías Baixas.
Rectoral de Amandi: otro vino gallego; tinto, y elaborado con una uva muy característica de Ribeira Sacra y Valdeorras, pero también del Bierzo: la mencía. Una uva dulce y muy agradable, con la que se elaboran vinos jóvenes magníficos que en verano entran muy bien servidos a una temperatura no superior a 12º. El Rectoral de Amandi es probablemente uno de los más conocidos. Ya que hemos citado el Bierzo, allí gozan del también muy bueno, y seguramente más célebre, Pétalos del Bierzo, aunque éste lleva algo de crianza (4 meses en roble) y su precio es superior, 10-11 €.

Pagos Viejos: recientemente abrí una botella de la añada de 2000 de este maravilloso vino de las bodegas Artadi de rioja, que me había sido regalado por mi cumpleaños hace algunos años. A pesar de que solamente me he bebido esa botella, me siento obligado a incluir este señor vino en mi lista de 20. Será difícil repetir la experiencia, porque la “broma” sale a 60 € la botella. A no ser que tengáis buenos amigos como yo… J
Casta Diva Cosecha Miel: gran vino dulce, extraordinario, elaborado en Alicante. Nos solemos olvidar de que se pueden realizar verdaderas obras de arte dulces, y el Casta Diva es un ejemplo perfecto.
Mateus Rosé: seguramente más de uno se rasgará las vestiduras al ver que menciono este vino. Sacrilege!, exclamarán los más puristas. Pienso sobre todo en mi amigo Ricardo R., cuya familia elabora vinos en la Rioja, que en su día se escandalizó porque yo había declarado que el Viña Albalí Reserva ( D.O. Valdepeñas) era un "vino muy correcto". A pesar de ello, debo citar el Mateus porque lo consumo con bastante frecuencia, para acompañar comida china o japonesa (otros rosados que utilizo para este fin son el Santa Digna Rosé Cabernet Sauvignon (elaborado en Chile por Torres) y el Chivite Gran Feudo, muy buenos ambos, y especialmente sorprendente el primero). Mateus es el vino con el que mucha gente empezó a beber, acompañando esas primeras cenas en un restaurante - para consumir pizza o pasta, o quizás una parrillada-. Es un refresco, muy fácil de beber, pero con cierta pegada (11%, frente a los escasísimos 7% de un Lambrusco, otro vino para la gente a la que no le gusta el vino). Mateus es, para mí, EL MEJOR MAL VINO DEL MUNDO (quizás debería haber dicho “no vino” en lugar de “mal vino”, espero que los de Sogrape no se me ofendan).